Año 1940. Mientras Hitler y Franco se entrevistan en Hendaya, la mano derecha del Fuhrer, Heinrich Himmler, se desplazaba hasta el monasterio de Montserrat buscando el Santo Grial. La foto del nazi con la Moreneta, inédita, lo acredita. Forma parte del libro 'Nazis en Barcelona', que documenta su presencia en esa ciudad durante la posguerra.
"Es una Barcelona incómoda, pero es una Barcelona real", asegura Mireia Capdevila, una de de las autoras de la obra. "Demostramos su implicación, colaboración, cediendo espacios públicos", continúa. Hay fotos de Himmler presidiendo desfiles, en un campamento del frente de juventudes de Martorell, o atendiendo discursos en el hotel Ritz. "Es muy impactante ver a Himmler en el Parlament", dice Capdevila.
Fotos terroríficas que han sido encontradas por casualidad en un archivo municipal y que descubren el aspecto del paraninfo de la Universidad de Barcelona en 1941. Una gran esvástica presidía la exposición del libro alemán. Dos años después la ciudad condal celebraba conciertos de las juventudes hitlerianas en el Palau de la música catalana y actos en el teatro Tívoli para conmemorar la llegada al poder del partido nazi.
Eso sí, la primera gran recepción internacional se la llevó el fascismo italiano. El yerno de Mussolini, ministro italiano de asuntos exteriores, era aclamado de esta forma en las ramblas en 1939.
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