Javier Bardem ha recibido este viernes el Premio Donostia en el auditorio Kursaal de San Sebastián, que se rindió ante él y donde recibió más de tres minutos de aplausos que ni el propio actor pudo parar recordando que estaban "en televisión" y que había una "escaleta que seguir".
El también ganador de un premio Oscar, reivindicó "la mirada" y "la escucha" en tiempos en que "es más fácil odiar"; y dedicó el premio a su mujer Penélope Cruz, con quien comparte "la vida" y hacia quien se deshizo en halagos. Un discurso durante el cual no pudo evitar que se le quebrara la voz. "Un agradecimiento muy hondo por el ser humano que eres y cómo te responsabilizas de la vida de tus hijos y de la vida de este señor que te ama. Esto es para nuestros niños, Leonardo y Luna, os quiero", decía el actor emocionado ante una Penélope Cruz a la que también se le escaparon algunas lagrimillas.
Emocionado, Bardem también recordó la figura de su madre, Pilar, y la importancia que tuvieron sus hermanos durante su niñez. "Mamá tenía que estar trabajando 26 horas de 24 y ellos me educaron e hicieron de papá y mamá cuando no les tocaba", decía el actor, quien añadió: "Si yo estoy vivo es porque mis hermanos me estaban dando su atención y su amor. Así que gracias", manifestó ante el auditorio.
En su discurso, también hizo referencia a sus inicios en el Festival de San Sebastián, donde se quedó sin palabras al recoger la Concha de plata al Mejor Actor.
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