La Conferencia de Presidentes organizada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez se celebra este viernes 31 de julio en el Monasterio de San Millán de la Cogolla. La reunión tiene como objetivo tratar sobre los rebrotes de coronavirus y el fondo de recuperación europeo de 140.000 millones de euros en un escenario histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.

El encuentro estará presidido por el rey Felipe VI, quien asiste por segunda vez a una reunión de presidentes autonómicos. La última a la que acudió, en 2017, fue la organizada por el entonces Presidente del Gobierno Mariano Rajoy.

La localización elegida tiene un gran valor simbólico, al considerarse como uno de los lugares donde nació y se desarrolló el castellano. Te contamos el origen y la importancia de esta sede cultural.

La 'Cuna del Castellano' en La Rioja: hogar de Gonzalo de Berceo

San Millán de la Cogolla se considera el lugar en el que 'nació' la lengua romance, utilizada en la actualidad en España y en muchos países de Latinoamérica. Fueron los monjes de esta comunidad los que escribieron los textos más antiguos que se conservan en castellano, según se explica en la web oficial del monasterio. Las 'Glosas Emilianenses', un conjunto de anotaciones explicativas del códice Aemilianense en latín, castellano y vasco, se escribieron entre los muros de esta comunidad

El que fuera el hogar de San Millán también acogió al hombre reconocido como el primer poeta que escribió en castellano de la historia. Gonzalo de Berceo (1197-1264) escribió en castellano, entre otras obras, la 'Estoria del Sennor Sant Millan', que en la actualidad se conoce como 'La Vida de San Millán de la Cogolla', un poema sobre el fundador de la comunidad. Su obra se encuentra detallada en el portal web de la Biblioteca Cervantes.

San Millán: el anacoreta de Berceo

San Emiliano o San Millán, el hombre santo que da nombre al municipio donde se encuentra el monasterio destacó por la creación de una comunidad eremita mixta en la zona de Suso. Nacido en el 473 d.C. en la localidad de Berceo, fue párroco de su pueblo natal hasta ser destituido por el obispo, porque no encajaba bien con las tareas administrativas del cargo, según explica la web Aciprensa.

Tras este fracaso, San Millán se retiró a un oratorio en el valle de Suso, en torno al cual surgió un grupo de hombres y mujeres que compartían con él su vida de ermitaño. El santo murió en el año 574, siendo enterrado en el sepulcro junto al que posteriormente se erigió el monasterio de San Millán, conjunto que sería reconocido en 1997 como Patrimonio de la Humanidad.

Origen y crecimiento del monasterio de Suso

La comunidad anacoreta fundado por San Emiliano se convirtió en un monasterio compuesto por dos edificios. De los dos, el más antiguo es el de Suso, también conocido como 'monasterio de arriba', que se construyó en torno al lugar donde vivieron el hombre santo y sus seguidores, como se puede comprobar en el portal del Monasterio.

Inicialmente, estos habitaron cuevas excavadas en dos niveles entre los siglos V y VI aprovechando oquedades del terreno. Actualmente, estos espacios alojan el cenotafio de San Millán y un osario donde presumiblemente se enterraron sus seguidores.

La comunidad evolucionó y con ello también lo hizo su sede, que fue recibiendo ampliaciones a través de los años. De la época visigoda son los dos primeros compartimentos abovedados que se encuentran a la derecha de la entrada del edificio actual, y de la que se conservan muros y arcos visigodos.

La mayor ampliación se llevó a cabo en el 954, por obra del rey García Sánchez I de Navarra, que dotó al edificio de su actual nave principal y de la galería de entrada. El edificio fue incendiado por Almanzor en 1002, y en 1030 el rey Sancho III el Mayor, con motivo de la canonización de Millán, cambió el altar de lugar, orientándolo hacia el este, y amplió el monasterio por el oeste.

La ampliación al monasterio de Yuso

El monasterio de Yuso o 'de abajo' fue mandado construir por el rey García de Nájera, según la web del monasterio. La leyenda dice que el monarca decidió trasladar las reliquias de San Millán al monasterio de Santa María la Real de Nájera. Pero los bueyes que portaban la arqueta quedaron clavados en un lugar, lo que se consideró como un milagro: el santo no quería irse de la zona que había sido su hogar. El rey decidió que allí se erigiría la nueva sede de los restos del ermitaño.

A pesar de que el primer edificio construido fue de estilo románico, el edificio que se conserva actualmente responde a las épocas gótica, renacentista y barroca. La iglesia fue terminada en 1510, mientras que el claustro pertenece a la segunda mitad del siglo XVI. El retablo mayor fue pintado por fray Juan Rizzi a partir de 1653 y la sacristía, que empezó a ser utilizada en 1693, conserva en perfecto estado los frescos del siglo XVIII.

Entre los tesoros del monasterio de Yuso se pueden encontrar los 25 volúmenes de cantorales copiados entre 1729 y 1731 y conservados en la Biblioteca de Cantorales, así como las arcas relicarios de San Felices y San Millán, obras maestras del arte del marfil de los siglos XI y XII.