Viena acogió el estreno mundial de la versión completa de la primera ópera de Alma, ya que su deseo era poder presentarla por primera vez en esta ciudad, considerada la capital mundial de la música clásica. "Mi sueño es que mi ópera completa pueda estrenarse en Viena, ya que es la capital de la música clásica, es el centro del mundo", fueron las palabras de Alma, asegura el padre.

Una primera versión más corta de la obra fue presentada en julio de 2015 en un teatro de Israel, país de origen de Guy Deutscher. En Viena habrá cuatro funciones los días 29 y 30 de diciembre y 4 y 5 de enero.

La música y la historia son obra de Alma, aunque recibió ayuda de varias personas en las rimas, los diálogos y las traducciones. El primer acercamiento a la música de Alma fue con solo dos años, cuando comenzó a jugar con las teclas de un piano. Con tres años recibió su primer violín como regalo de cumpleaños, instrumento del que no se ha separado desde entonces.

Alma realizó su primera obra musical con solo seis años de edad, aunque ya había hecho anteriormente pequeñas composiciones con las melodías que le venían a la cabeza. Guy Deutscher y su mujer, Janie Steen, una profesora de Literatura, se dieron cuenta del gran talento de su hija cuando descubrieron que era capaz de crear sus propias composiciones, aunque reconoce que la evolución ha sido de forma progresiva.

La historia de esta niña recuerda a la de Mozart en el siglo XVIII, considerado entonces un niño prodigio, y es fácil atribuir a la niña el sobrenombre de "la pequeña Mozart". "No nos gusta que la llamen la nueva Mozart. Ella sabe que no es Mozart y no quiere ser como él", señala Deutscher. A la pequeña tampoco le gusta ese apelativo: "Yo quiero ser Alma y estoy feliz con ello. Es suficiente ser Alma", cita el padre a su hija.

Alma no va al colegio y recibe educación en la casa familiar, donde todas las mañanas trabaja en su música, compone o toca el piano y el violín. Sin embargo, es como las demás niñas, asegura su padre, al afirmar que ella "también quiere ser una princesa y vivir en un castillo", pero que la diferencia es que todos los niños tienen sueños y que "ella los traslada a su música". "Con sus amigos ella no habla de música, solo se divierten", comenta Deutscher.

Uno de los mentores de Alma Deutscher es el mítico director de orquesta Zubin Mehta, quien ha patrocinado el estreno. Tras la funciones en Viena, Alma se tomará un descanso, y entre sus futuros proyectos está terminar una novela que está escribiendo, ponerle música para convertirla quizás en una película y componer su primera sinfonía. "Es muy emotivo ver cómo se cumplen los sueños de mi hija", concluye orgulloso el padre de Alma Deutscher.