Un ejemplar de tortuga boba ('Caretta caretta') ha depositado 131 huevos en una playa del término municipal de Guardamar del Segura (Alicante), puesta detectada este martes por un operario de limpieza del lugar, que avisó al teléfono de emergencias de la Generalitat Valenciana. Según ha explicado la Fundación Oceanogràfic en su cuenta de Twitter, se trata del desove más numeroso registrado en una playa de la Comunidad Valenciana en los últimos años.

Ello permitió poner en marcha la Red de Varamientos, que integran la Consejería de Transición Ecológica, la Universidad de Valencia y la Fundación Oceanogràfic, según informó este miércoles el Ejecutivo valenciano. Hasta el lugar se desplazaron especialistas en tortugas marinas de la Unidad de Zoología Marina del Instituto Cavanilles, de la Universidad Politécnica de Valencia y veterinarios del Oceanogràfic.

Cuando llegaron, la hembra -con 71 por 78 centímetros de caparazón- aún no había regresado al mar, con lo que se aprovechó para colocarle un emisor satélite que permitirá conocer sus desplazamientos. Al tratarse de una playa muy utilizada por los bañistas y atendiendo a las experiencias de años anteriores, los expertos decidieron trasladar la puesta para asegurar la supervivencia de ese ejemplar de tortuga boba.

Del total de 131 huevos, 100 se han trasladado a una playa en una zona protegida del Parque Natural de la Albufera, mientras que los 31 restantes se encuentran en instalaciones de la Fundación Oceanogràfic, donde se mantendrán en incubadoras con temperatura y ambiente adecuados.

A partir de mediados del próximo mes de septiembre y con la coordinación de los técnicos de la Consejería de Transición Ecológica, se pondrá en marcha un voluntariado que se encargará de la vigilancia del nido (para evitar problemas de predación) hasta que nazcan las tortugas.

Todos los ejemplares que vean la luz serán trasladados a las instalaciones del Oceanogràfic de Valencia para evaluar su estado. Tres o cuatro días después, los que se encuentren bien serán liberados en la misma playa de Guardamar del Segura donde la hembra instaló su nido. El resto se mantendrán en el Oceanogràfic hasta que alcancen el tamaño necesario (aproximadamente un año) para que se les pueda instalar un emisor vía satélite que permitirá conocer su adecuada reinserción y trayectoria por el Mediterráneo.