La intensa tormenta geomagnética solar ya ha comenzado a afectar a la Tierra. Ya lo advirtió el Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos(SWPC, por sus siglas en inglés), que tan solo unos días atrás lanzó un aviso la fuerza de este fenómeno- catalogado como de 'clase G3'- tras registrarse este jueves una "significativa" llamarada solar y una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas, que resulta ser una gran expulsión de plasma y campo magnético emitida por nuestra estrella).
La alerta del SWPC se mantiene en vigor, de momento, para todo este domingo, 31 de octubre, si bien por el momento se desconoce si se ampliará la misma de cara a las próximas horas. Todo comenzó este jueves, cuando el Sol sufrió una explosión de la mancha solar AR2887. Esto provocó la mencionada eyección de masa coronal (CME), que inició su carrera por el Sistema Solar a una velocidad de 973 kilómetros por segundo.
Esta cifra que permitió a los expertos prever que su impacto en la Tierra se sufriría este fin de semana. En concreto, entre el 30 y el 31 de octubre, como ya se ha podido observar a lo largo de estos dos días. Por ejemplo, se han comenzado a avistar auroras boreales en latitudes más bajas de lo normal, que es uno de los efectos propios de este fenómeno. Una de las primeras instituciones en notificarlo fue la Oficina de Meteorología de Reino Unido.
A través de Twitter, la agencia avisó de que las auroras "se han visto en varias ubicaciones en el Reino Unido en las últimas horas, así como en Islandia". Además, es conocido por todos los investigadores dedicados a este campo que estas llamaradas solares son capaces también de interrumpir las comunicaciones, y pueden llegar a causar estragos en los sistemas geomagnéticos y en las operaciones de los satélites. Ahora mismo, aunque no se descartan posibles fallos en este sentido, la preocupación entre los expertos no es grande.
Esta calma se debe gracias al uso del llamado 'WSA-ENLIL', un aparato capaz de analizar la carga y la fuerza de la propagación de CME a través del espacio interplanetario. En esta ocasión, el modelaje que hizo este aparato de esta eyección de masa coronal indicó que el primer contacto con la Tierra se daría en torno a las 18:00 horas UT (a las 19:00 horas, en el horario GMT). Más allá del avistamiento de auroras boreales a latitudes más bajas no se ha informado de fallos importantes en las comunicaciones.
Esto puede indicar que la CME está avanzando a una velocidad más lenta de la que pensaban los pronosticadores frente al inicio de su trayectoria desde el Sol. Y la ralentización de esta eyección implica que su golpe contra nuestro planeta sea más débil y, por tanto, dé lugar a una tormenta geomagnética menos intensa. En cualquier caso, la llamarada solar registrada este jueves pertenece a la tormenta solar más fuerte hasta ahora del ciclo actual de nuestra estrella. Así que, por el momento, no se descarta que el impacto sea mayor al analizado en un principio.