Cuando la mitad de los españoles ya están inmunizados gracias al veloz ritmo de administración de vacunas, un nuevo debate se abre paso: ante el avance de las nuevas variantes del COVID-19, ¿es necesaria una tercera dosis, un pinchazo de refuerzo?

La Organización Mundial para la Salud es clara: no. El organismo ha dejado patente que no es necesario para toda la población que se encuentre vacunada con la pauta completa. Y, de hecho, pone el foco más allá: antes que pensar en dosis de refuerzo, es mucho más urgente inmunizar al resto de grupos de riesgo en todo el mundo.

Lo cierto es que unos pocos países, como Indonesia o Israel, ya han comenzado a inyectar terceras dosis a sus habitantes, pero, a ojos de la OMS, “en este momento, no hay pruebas científicas de que sean necesarios refuerzos ahora”.

“Hemos visto aumento de infecciones, pero no de muertes y hospitalizaciones. Puede que tras dos o tres años sí, pero no hay ninguna indicación de que hagan falta después de seis meses”, según la científica jefa del organismo, Soumya Swaminathan. “Es una decisión que hay que basar en la ciencia, no porque una compañía declare que hay que dar refuerzo de su vacuna", ha subrayado.

EEUU no tiene pruebas de que una tercera dosis sea necesaria

En la misma línea se ha manifestado el Gobierno de EEUU. La Administración de Joe Biden considera que, por el momento, no es necesario poner una tercera dosis de refuerzo a los vacunados con el fármaco anti-COVID de Pfizer, tal y como ha solicitado la compañía estadounidense, y esperará a que se realicen más estudios al respecto para tomar una decisión final.

Según informan este martes medios locales, representantes de Pfizer presentaron a los responsables de salud de EE.UU. en una reunión celebrada el lunes algunos informes preliminares sobre la vacuna que comercializan y la necesidad de una tercera inyección para quienes hayan sido inoculados con ella.

Esta reunión se produjo después de que la farmacéutica anunciara la semana pasada que iba a pedir a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos autorización para administrar una tercera dosis de su vacuna con el propósito de hacerla más efectiva.

La FDA y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron una declaración conjunta en la que precisaron que no se necesitaba ese refuerzo. Creen que se precisan más datos, y posiblemente varios meses más, antes de poder justificar la necesidad de esa dosis.

Brecha primer-tercer mundo

En esa misma línea se ha expresado este martes Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo de ISGlobal-Fundación La Caixa, en Al Rojo Vivo. “Las autoridades americanas han analizado los datos de eficacia y han sugerido que no es necesaria una tercera dosis si se tiene administrada la pauta completa y administrada con dos dosis”, ha sintetizado.

“Hemos de ver qué impacto tendrá el predominio de la variante más infecciosa y qué longevidad tendrá la respuesta inmune generada por las vacunas o por las infecciones naturales, y que, de momento, presumimos que iba a ser larga, porque, si hay cambios y la protección de la vacuna dura menos, entonces sí que evidentemente tendremos que avanzar a esquemas de múltiples dosis”, ha creído el experto.

Porque lo que importa ahora es la inmunidad de grupo, a nivel internacional. "La brecha mundial en el suministro de la vacuna contra el COVID-19 es enormemente desigual. Algunos países y regiones están pidiendo millones de dosis de refuerzo, antes de que otros países hayan tenido suministros para vacunar a sus trabajadores sanitarios y a los más vulnerables", ha indicado el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus.

En cálculos del organismo, si 11 países desarrollados dan una tercera dosis a su población, harían falta 800 millones de vacunas adicionales.