Investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva York han descubierto en los estropajos de cocina la existencia de bacteriófagos, un virus que infecta las bacterias y que puede resultar útil para luchar contra la resistencia a los antibióticos.

Según publica Science Daily, una esponja de cocina está expuesta a todo tipo de microbios diferentes, formando un vasto microbioma de bacterias.

Los bacteriófagos (también llamados fagos) son las partículas biológicas más abundantes en el planeta y se encuentran típicamente donde residen las bacterias. Así, los investigadores consideraron que las esponjas de cocina parecían un buen lugar para encontrarlas.

Según explica el medio, los estudiantes de una clase de investigación aislaron bacterias de sus propias esponjas de cocina usadas y usaron la bacteria como cebo para encontrar fagos que pudieran atacarla. Así, dos estudiantes descubrieron con éxito dos fagos.

Los investigadores decidieron "intercambiar" estos dos fagos y ver si podían infectar las bacterias aisladas de otra persona. En consecuencia, los fagos mataron a las bacterias del otro estropajo. "Esto nos llevó a preguntarnos si las cepas de bacterias eran coincidentemente las mismas, aunque procedían de dos esponjas diferentes", explicaron los expertos.

Los investigadores compararon el ADN de ambas cepas aisladas y descubrieron que eran miembros de la familia 'Enterobacteriaceae'. Estas bacterias pertenecen a un grupo de microbios que se encuentran comúnmente en las heces. No obstante, aunque las cepas están estrechamente relacionadas, al realizar pruebas bioquímicas encontraron variaciones químicas entre ellas.

"Estas diferencias son importantes para comprender la variedad de bacterias que un fago puede infectar, lo que también es clave para determinar su capacidad para tratar infecciones específicas resistentes a los antibióticos", añadieron los investigadores.

"Continuando con nuestro trabajo, esperamos aislar y caracterizar más fagos que pueden infectar bacterias de una variedad de ecosistemas microbianos, donde algunos de estos fagos podrían usarse para tratar infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos", explican.