El acoplamiento entre la nave y plataforma orbital se produjo sin complicaciones de acuerdo con la NASA, con seis minutos de antelación respecto a la hora inicialmente prevista. La nave había despegado desde la legendaria rampa 'número uno' del cosmódromo kazako, la misma desde la que partió hace 56 años Yuri Gagarin, el primer hombre en volar al espacio.

El jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos, Ígor Komarov, señaló poco después del despegue que "todos los sistemas de la nave" funcionaban "con normalidad". A bordo volaban el cosmonauta ruso Serguéi Riazanski, el estadounidense Randolph Bresnik, y el italiano Paolo Nespoli, de la Agencia Espacial Europea, todos ellos con experiencia en vuelos espaciales.

Fue la segunda vez que una nave Soyuz MS, la quinta de su serie, se enganchaba a la EEI según un esquema de vuelo abreviado, ya que las tres anteriores lo hicieron tras dos días de vuelo autónomo, en el que se sometieron a pruebas los diversos sistemas de la nueva nave rusa.

Tras el acoplamiento, está previsto que abran las compuertas y se encuentren con los tres tripulantes de la EEI. A los tripulantes de la Soyuz, que permanecerán en la estación durante 139 días, les recibirán el cosmonauta ruso Fiódor Yurchijin, actual comandante, y los estadounidenses Jack Fischer y Peggy Whitson.

Como es habitual, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia desplegaron en la zona de despegue varios aviones y helicópteros, con la misión de garantizar la seguridad del lanzamiento.

La EEI es un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, que está integrada actualmente por 14 módulos permanentes y que órbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.