El Gobierno chino ha activado la mayor planta solar flotante del mundo. La central, con capacidad para abastecer a 28.000 personas, ya se encuentra conectada a la red eléctrica de Huainan, una ciudad situada en la provincia de Ahui, al este del país.
La granja solar flotante está construida sobre una laguna de entre cuatro y diez metros de profundidad y tiene capacidad para generar 40 megavatios por día. Su posición en el agua reduce la evaporación producida en el proceso fotovoltaico, mejora el rendimiento de los paneles y hace más fácil su mantenimiento.
Esta gigantesca estructura ha sido elaborada por la compañía Sungrow sobre una antigua mina de carbón que quedó sumergida a causa de las inundaciones. "La construcción de la planta no sólo acaba con la necesidad de buscar terrenos, sino que también mejora la generación de electricidad debido a los efectos de refrigeración de la superficie", explica un profesional del gobierno local en la página web de la compañía fotovoltaica.
China necesita modificar con urgencia su política energética si desea solucionar de manera definitiva los problemas ambientales que atraviesa. Un informe elaborado por el Ministerio chino de Protección Ambiental, en colaboración con la ONU, estima que el 90% de los cursos de agua en las zonas urbanas del país están contaminados y que la polución del aire contribuye a la muerte prematura de 1,2 millones de personas al año.
La Administración Nacional de Energía en China (NEA) no quiere que su país siga dependiendo del carbón, y tiene como meta invertir más de 300 mil millones de dólares en proyectos de energía renovable hasta 2020. A pesar del rápido avance de China hacia una economía más respetuosa con el medio ambiente, el país aún afronta importantes desafíos para alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible, según señala Naciones Unidas.
Publicado en la revista 'Nature'
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