Según datos calculados por la empresa de servicios para el transporte profesional Red Tortuga, estas cifras demuestran que se debe "reclamar respeto para la figura del conductor profesional, injustamente infravalorada".
Que el oficio de transportista profesional resulta físicamente agotador no es una novedad, pero los cálculos de esta empresa pretenden demostrar que puede llegar a ser "extenuante".
Según la empresa, estas cifras surgen de un cálculo sencillo: según datos oficiales, en España la media de horas mensuales conducidas por un transportista asciende a 135,2 a una velocidad media de 50 km/h, la cifra de kilómetros mensuales recorridos asciende a casi 7.000 (6.750 km exactamente), lo que equivale a 81.000 km al año.
En realidad, según lEa empresa, "se trata de un cálculo optimista, porque es sabido -y largamente denunciado por los sindicatos- que los profesionales del transporte se ven sometidos extraoficialmente a jornadas mucho más largas de lo que indican las cifras oficiales".
"Por eso un cálculo realista daría cifras aún más alarmantes, ya que algunos transportistas pueden llegar a duplicar esa media oficial", denuncia Red Tortuga. Siguiendo estas estimaciones moderadas, un transportista profesional cubriría cada año más de 9 veces la distancia entre Madrid y Pekín y durante toda su vida profesional realizaría este mismo trayecto 368 veces de media.
"Aunque todas estas comparaciones son anecdóticas, ponen de relieve una realidad incuestionable: la dureza que exige un sector como el del transporte profesional", ha explicado Marta Fàbregas, directora comercial de Red Tortuga.
"No se trata únicamente de un tema laboral, porque a menudo los conductores son también pequeños empresarios; se trata de dignificar la figura del chófer, que tiene en las manos una gran responsabilidad y que no siempre recibe el trato adecuado", ha concluido Fàbregas.
Desencanto con X
Qué es Bluesky, la alternativa a X ajena al control de Musk que ha sumado dos millones de usuarios en una semana
Bluesky se presenta como una red social 'sana', una réplica del antiguio twitter, creada por un exfundaror. Y la promesa de una red social de código abierto, sin el control de una única compañía y descentralizada.