HISTORIA DE DEPORTIVOS ITALIANOS

Lamborghini nació por un desacuerdo con Ferrari: la rivalidad que cambió la historia del motor

Un viaje a Módena. La frase que lo comenzó todo y cambió el mapa automotriz. Un fabricante inexperto en deportivos para competirle a los de Maranello.

Ferruccio Lamborghini

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Let me make cars. You stick to making tractors.

Hay frases de antología. Luego están las de Enzo Ferrari. El Mago de Maranello, cuando se fue, dejó más que el F40. Cuenta la leyenda que, dentro del intento de maletero delantero del superdeportivo 1987, una carpeta en cuya tapa se leía "Mi otra obra", abarrotada de declaraciones, fue encontrada. No, esto no sucedió, está claro, pero que sí ha dejado un catálogo de frases para recordar. No son frases vacías. En menor o mayor grado tuvieron su repercusión, trajeron consecuencias. He aquí la de mayor impacto.

Años de GTO y de confrontación, de encender la mecha y recibir venganza los primeros de la década del sesenta para Enzo Ferrari. Su paso de la sociedad a la enemistad con Henry Ford II y el capítulo final que todos conocemos –Le Mans '66–, y el origen de la rivalidad con Lamborghini. El origen de Lamborghini, mejor dicho.

El hermosísimo cupé Lamborghini 350 GT no es solo una cara bonita, fue la respuesta de Ferruccio Lamborghini a la provocación de Don Enzo. Ferruccio, dueño de una de las principales fábricas para el sector agrícola italiano desde Emilia Romaña, se había comprado un Ferrari 250 GT Berlinetta y no le encontraba solución a sus problemas de embrague. Lo había sometido tanto a revisión que un día, según uno de los mitos que rodean a este episodio, hasta descubrió que el embrague usaba componentes que él mismo usaba en sus tractores.

Ferrari vs. Lamborghini: la frase madre del gran clásico italiano

Su último recurso fue conducir hasta el domicilio de Enzo Ferrari en Módena y ponerlo al tanto de las deficiencias de su 250. La situación de los componentes habría sido parte del reclamo, junto a sugerencias propias de un conocedor de la mecánica. Todo lo que recibió de parte de Ferrari fue peor que un insulto: lo redujo a un fabricante de tractores que poco entendía de deportivos.

"Déjame fabricar coches, tú dedícate a fabricar tractores". Como con Ford, ese día, que habría sido de 1963, la actitud de Enzo Ferrari generó que a éste le juraran la rivalidad. En el caso del óvalo americano, había sido el desacuerdo del italiano al momento de la firma que confirmaría la adquisición de Ford de la marca italiana. El contrato le daría a Ford la producción de los Ferrari de calle y Ferrari se haría cargo del automovilismo, pero todo se rompió cuando Enzo descubrió que el presupuesto para la división de carreras lo controlaría Ford.

Lo de Ferrari con Lamborghini fue diferente, porque fue una frase la que dio nacimiento a la rivalidad. La venganza de Ferruccio implicó más que el desarrollo de su propio coche. Había otra confrontación en Ferrari, interna. Miembros importantes de la plantilla y otros ingenieros fueron despedidos por sus descontentos con la influencia de Laura Garello, la esposa de Enzo Ferrari. Habría sido eso una gota que rebalsó el vaso que acumulaba ya cortocircuitos anteriores. Se independizaron y fundaron ATS, un constructor de poco éxito para coches de Fórmula 1. Ferruccio Lamborghini apareció y reclutó a algunos de esos ingenieros que procedían de Ferrari. Nacía el gran clásico automotriz italiano.

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