¿LO SABÍAS?

Los dos remedios caseros que dejarán los faros de tu coche como nuevos

Mantener tu coche perfectamente limpio no solo es un capricho personal si no que también es una obligación cuando la suicidad aparece en ciertos elementos del vehículo. Estos son dos consejos con los que podrás volver a tener los faros como recién sacados del concesionario, y con productos que seguro tienes en casa.

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No es solo por gusto personal. Limpiar el coche es una obligación para todos y cada uno de los conductores que pretendan circular por las carreteras nacionales. Ciertos elementos deben mantenerse con un mínimo de cuidado en cuanto a limpieza se refiere para mantener la seguridad vial. Según el Reglamento General de Circulación, "la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circula". Esto se traduce en que los parabrisas, la luna trasera y los cristales de las ventanillas delanteras deben estar lo suficientemente limpios para que el conductor tenga visibilidad.

En el caso de los faros es de vital importancia mantenerlos en un correcto estado. Este elemento es el que nos hace visibles en aquellas situaciones en las que circulamos por la noche. Una de las situaciones más comunes es que los faros se amarilleen por el paso del tiempo o por situaciones climatológicas que lo provoquen.

Faros coche
Faros coche | Pixabay

Para solucionar este problema, existen dos trucos caseros con el que podrás ver como tus faros volverán a tener ese aspecto que tenían cuando salieron del concesionario. Los materiales necesarios para acometer estos tips son muy comunes, por lo tanto seguro que los tienes en casa. El primero es mezclar bicarbonato con vinagre blanco. Deberás colocar con una esponja esta mezcla en tus faros y esperar una hora. Una vez pase ese tiempo podrás aclarar los faros y veras como el color amarillo de estos se ha reducido considerablemente.

El segundo truco es más desconocido que el anterior, aunque su efecto puede ser igual o más útil que el anterior. Además, los productos necesarios son aún más fáciles de encontrar. Se trata de aplicar pasta de dientes, preferiblemente de menta, y extenderla con medio limón. Al frotar con el cítrico en círculos verás como la suciedad va desapareciendo poco a poco. Después, al igual que en la primera opción, solo tendrás que enjuagar los faros y aclararlos.

Para evitar que este elemento de tu coche se vuelva amarillo deberemos evitar dejarlo al sol en los meses de verano, ya que este podría ser letal para su estado de conservación. Busca estacionar en la sombra, esto no solo salvará tus faros si no que también evitará un sobrecalentamiento en el motor o el deterioro de otras piezas de tu coche.

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