No todo el mundo puede comprar décimos de laLotería de Navidad, según recoge laLey 13/2011, de 27 de mayo, de regulación del juego. De hecho, el citado documento prohíbe la participación en el juego —desde un punto de vista subjetivo— de los menores de edad, personas incapacitadas legalmente, las que voluntariamente hayan solicitado que les sea prohibido el acceso y accionistas, propietarios, partícipes o titulares significativos del operador de juego, así como las personas directamente involucradas en su desarrollo.

Tampoco pueden los familiares de estos últimos,"cónyuges o personas con las que convivan, ascendientes y descendientes en primer grado", según señala la ley de 2011. Y el listado no termina ahí, pues también incluye al presidente, a los consejeros y directores de la Comisión Nacional del Juego y a sus familiares (cónyuges o personas con las que convivan, ascendientes y descendientes en primer grado y a todo el personal de la Comisión Nacional del Juego que tengan atribuidas funciones de inspección y control en materia de juego).

Expuesta la teoría, pasamos a la práctica, la que llevan a cabo los loteros y loteras de España. ¿Es realista la aplicación de esta legislación? En 2019, por ejemplo, un joven de sólo 15 años ganó el Gordo del sorteo del Niño gracias a un décimo que pudo comprar con el reintegro que había ganado en la Lotería de Navidad. ¿Cómo fue esto posible? La aplicación de la teoría no siempre es sencilla. Tanto es así que Fernando Bustamante, gerente de Lotería Bello en Valencia, asegura a laSexta que los loteros y loteras no suelen tener constancia —más allá de la teoría— de quién está capacitado o no para adquirir un décimo.

"Otra cosa es que Madrid nos pase una determinada información", añade al otro lado del teléfono, haciendo referencia a la sede central de Loterías y Apuestas del Estado. No obstante, todo lo que pueden hacer en sus establecimientos, explica, es pedir la documentación a las personas que les generen algún tipo de duda, como alguien "que parezca menor de edad". Otro de los casos en los que puede que pidan al comprador que se identifique es si perciben "alguna conducta adictiva al juego", como puede ser "algo sospechoso en el número de décimos que desea adquirir". Así pues, en estos casos, sí tienen la posibilidad de solicitar información mediante un canal de Loterías cuando exista duda.

Sin embargo, la cosa cambia en Internet. Como muchas administraciones, la número 11 de la ciudad valenciana también tiene canal de venta 'online'. "Allí no se puede llevar un control", confiesa el gerente. En estos casos, Bustamante señala que mientras que el pago sea legítimo, él solo recibe el resguardo de la transferencia y el domicilio al que tiene que enviar el décimo o décimos. "Pero no sé si es mayor o es joven", añade.