No han pasado ni 24 horas desde que se ha abierto el plazo parapedir el voto por correoy ya hay más de 30.000 solicitudes para ejercerlo de esta forma. Es el triple que en las anteriores elecciones generales, porque si pensamos en el 23 de julio nos vienen a la cabeza vacaciones, playa, montaña... pero no estar en casa.

Eso han debido de pensar los vecinos de Tabera de Abajo, un pequeño municipio de Salamanca que directamente ha tomado la decisión de no designar miembros para conformar la mesa electoral.

laSexta ha hablado con su alcalde, José Antonio Sánchez, que explica que la fecha, además de en verano, coincide con el esperado Puente de Santiago Apóstol y que no quiere fastidiar a ninguno de los apenas 100 vecinos que viven en el pueblo. "Entendemos que esos días son sagrados para nosotros y se deben respetar", dice el alcalde del Partido Popular.

"Somos un pueblo muy pequeñito y les toca casi siempre a los mismos la mesa. Son ciudadanos de a pie que luchan durante todo el año para las vacaciones y no vamos a llegar nosotros a decirles que se queden sin ellas", dice tajante el alcalde de la localidad.

Por eso, ayer mismo celebraron una sesión plenaria extraordinaria en la que se dio el visto bueno a este asunto por unanimidad. Los cuatro concejales del Partido Popular y el representante del Partido Socialista votaron en bloque que 'no' a fastidiar las vacaciones a ninguno de sus vecinos obligándoles a ser presidente o vocal de un domingo en pleno del esperado puente.

Tabera de Abajo se convierte así en el primer pueblo insumiso. Los expertos aseguran que no obedecer a la obligación electoral puede salir bastante caro.

Según explica a este medio el procurador Rubén Molina, "puede conllevar hasta penas de prisión de tres meses a un año y la multa económica puede ir de seis a 24 meses, al precio que se estipule. Por ejemplo, de 20 euros diarios".

"Hemos visto sanciones de 10.800 euros en un caso de Huelva en las elecciones al Parlamento Europeo en 2014 por no asistir a la mesa electoral", explica el experto.

Y ojo, que los partidos tienen un obstáculo más que saltar, concretamente vallas: las publicitarias. El caso es que esos grandes carteles donde los partidos suelen imprimir sus eslóganes ya estaban apalabrados para utilizar con otros fines y por tanto, tendrán que buscar otras formas en las que transmitir su mensaje.

"A estas alturas ya tienen el 90% de las vallas contratadas. Así que solo queda renegociar con las empresas u ofrecer a los partidos que se queden con lo que sobra", afirma Jesús, responsable de marketing. Lo que es seguro es que con esta situación nos queda una campaña un tanto peculiar.