Con más de 180 años de historia, el índice de masa corporal (IMC) ha sido uno de los indicadores de composición corporal más utilizados. Hasta hoy. La experiencia clínica y nuevas investigaciones ponen en duda su efectividad. Pero, ¿cómo se calcula? ¿qué mide? ¿es igual para hombres, mujeres y niños?

Qué es el IMC

El índice de masa corporal (IMC), o también llamado índice de Quetelet en honor a su creador (el científico belga Adolphe Quetelet) ha sido uno de los métodos más conocidos y utilizados para calcular la cantidad de grasa corporal que tiene una persona. El resultado se ha utilizado (y aún utiliza) para decirnos si estamos en un rango normal, o por el contrario tenemos infrapeso o sobrepeso por exceso de grasa (o al menos eso se supone).

Desde que este científico lo creo, esta fórmula matemática que relaciona nuestro peso con nuestra altura ha sido una de las medidas más socorridas para explicar de forma general y en menos de un minuto nuestra salud corporal. Sobre todo, en lo que a composición corporal se refiere.

¿Por qué es importante? Porque evaluando nuestra composición corporal podemos determinar la salud del paciente y poder hacerle recomendaciones nutricionales y de actividad física. Y no sólo esto, también ha sido utilizado para controlar el crecimiento de los niños y adolescentes, los cambios que se producen en el envejecimiento, en deportistas, etcétera.

Cómo se calcula el IMC

Como hemos dicho, el IMC es la relación que existe entre nuestra talla (altura, en metros) y nuestro peso (en kilos). Calcular nuestro propio IMC es muy fácil: basta con dividir nuestro peso en por nuestra altura, en metros, al cuadrado.

Por ejemplo, una persona que pese 90 kilos y mida 1,70, si calculamos su IMC nos dice que es de 31,4. Pero, ¿qué significa este número? ¿Está bien? ¿Está mal? Pues este mismo científico que creo la fórmula, e investigaciones posteriores, clasificaban el IMC en varias categorías en función al riesgo de los problemas de salud que puede conllevar tener esa masa y (presunta) composición corporal. ¿En qué categorías?

Pues, aunque existen muchas subdivisiones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un IMC igual o mayor de 25 es sobrepeso, y si es igual o mayor a 30 hablamos de la temida obesidad. Aunque en la obesidad también hay grados…

¿Se calcula igual el IMC en hombres que en mujeres y en niños?

Todos tenemos en la cabeza y sabemos que el cuerpo del hombre y el de la mujer no son iguales, su composición no es la misma, y el contenido en grasa o en músculo tampoco lo son. Sin embargo, esta fórmula no discrimina entre un sexo y el otro. Algo que ya pone de manifiesto que no podemos tomarnos el IMC como las sagradas escrituras. Porque lo que para una mujer puede ser un IMC un poco elevado, para un hombre (y más si es deportista de élite) puede ser normal o incluso bajo. Recuerda que una (de tantas) de las cosas buenas del músculo es que "ocupa poco" y "pesa mucho". Puede que te haya pasado que un amig@ que va asiduamente a entrenar o al gimnasio nos ha dicho su peso y hemos pensado (o dicho directamente a la cara) "pues yo no te veo tan gordo…"

¿Y en niños? Pues si las diferencias entre el cuerpo de un hombre y una mujer ya nos hacen ver que el IMC no es la panacea, imagina el cuerpo de un niño. Con mucho menos altura, en etapa de crecimiento, con etapas más delgadas y otras donde crecen menos y cogen más peso (¡Sorpresa! El crecimiento de los niños no es lineal, va a "golpes". Parece lógico, pero díselo tú a unos padres cuando mides al niño y no ha crecido tanto como ellos quieren o esperan…). Vamos, que intentar sacar el IMC a un niño es una pérdida de tiempo. ¿Y cómo hemos sabido hasta ahora si estaban gordos o eran bajitos? Por otro invento (que merece una publicación a parte), las famosas “tablas de percentiles” (unas para niños, y otras para niñas):

¿Existe el peso ideal?

Piensa en un número. ¿Ya lo tienes? Pues ese no es tu peso ideal. Porque el peso ideal, muy al contrario de lo que nos han hecho creer supuestos gurús y libros con "la dieta definitiva" (¡Qué casualidad que cada año se publica una dieta definitiva nueva!), no existe.

El mal llamado "peso ideal" es un rango de pesos. Nadie se va a poner enfermo por tener un kilo por encima o por debajo de un peso dentro de un rango saludable. De hecho, es normal que nuestro peso varíe durante el año (un poco), o incluso durante el día. Podemos llegar a tener una diferencia de hasta un kilo desde por la mañana hasta el momento de irnos a la cama.

¿Por qué? Porque en "el peso", ese numerito que aparece en la báscula, intervienen muchos factores. Hay muchas cosas que "pesan" en nuestro cuerpo, no solamente la grasa: el hueso, el agua, los órganos, el músculo, … Sobre todo este último junto con la cantidad de grasa. Y todo esto no lo tenía en cuenta el IMC. No se estudiaba de dónde venían esos kilos.

Para que lo entendamos: dos hombres que midan 1,78 y pesen 72 kilos no tienen por qué estar ambos igual de sanos ni en su peso ideal. Puede ser que el primero, a pesar de estar delgado, no tenga casi músculo y la gran mayoría de ese peso provenga de la grasa. Si, no está "gordo", pero tiene demasiada grasa. Con todo lo que ello conlleva a la hora de desarrollar enfermedades asociadas.

Por otro lado, el segundo de los hombres también peso lo mismo…pero, su peso viene fundamentalmente del músculo. Lo que comúnmente llamamos "estar fibrado". El IMC de ambos es igual, pero el riesgo de enfermedades y su salud no es la misma.

Estas, entre otras, son las razones por las que el IMC y el concepto de peso ideal están cada día más en desuso.

¿Cómo sabemos si nuestro peso es saludable?

Respira. Primer consejo: relájate, come sano, haz ejercicio físico y el cuerpo se irá acomodando a su peso saludable él solito. No hace falta que le controlemos compulsivamente en la báscula. Ni siquiera en las más modernas que nos dicen los porcentajes de agua, grasa y músculo. Porque cada persona es un mundo, y con los años, nuestro cuerpo también tiende a cambiar.

Pero, si de verdad quieres saber la cantidad de grasa real que tiene tu cuerpo, lo mejor es que acudas a un profesional. Los dietistas-nutricionistas y los sanitarios expertos en el material cuentan con instrumentos y aparatos tecnológicos muy variados para calcularlo de la forma más aproximada.

Además, se están investigando nuevas fórmulas matemáticas para crear un índice mucho más fiable, como el índice de masa grasa relativa (RFM) o el Indicador de Volumen Corporal (BVI). Pero, mientras se validan y vemos si de verdad son fiables, lo mejor es seguir lo que siempre nos han repetido hasta la saciedad: come sano, muévete y se feliz.