¿Qué es?

El voto nulo es un voto que no es válido. Puede emitirse sin querer (por ejemplo, al rellenar incorrectamente la papeleta) aunque lo más frecuente es que tenga una intención reivindicativa o de protesta por parte del elector.

La Ley del Régimen Electoral General entiende por nulo el voto que se emite en un sobre o una papeleta que no sean los del modelo oficial, las papeletas sin sobre y los sobres que contengan más de una papeleta, si son de candidaturas distintas.

Si un sobre contiene más de una papeleta, pero son de la misma candidatura, el voto es válido y contabiliza como un único voto.

También se consideran nulos los votos en papeletas que han sido modificadas y en las que se han añadido o tachado nombres de candidatos. Si escribimos cualquier otra cosa en la papeleta o la alteramos intencionadamente, el voto también computará como nulo.

En cuanto a las elecciones al Senado, el voto es nulo si marcamos en la papeleta más de tres nombres en las circunscripciones provinciales, más de dos en las circunscripciones insulares mayores (Gran Canaria, Mallorca y Tenerife) y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y más de uno en el resto de las circunscripciones insulares (Ibiza-Formentera, Menorca, La Palma, El Hierro, La Gomera, Fuerteventura y Lanzarote).

Si se alteran los sobres, el voto que contengan también se invalida. Introducir en el sobre cualquier objeto que no sea una papeleta también es un voto nulo.

Imagen de una persona votando

¿Cómo se diferencia del voto en blanco?

Un sobre vacío o una papeleta al Senado sin ninguna indicación a favor de algún candidato o candidata se considera un voto en blanco.

Aunque, al igual que el nulo, supone no decantarse por ninguna candidatura, el voto en blanco sí que cuenta como un voto válido. Normalmente, a quien vota en blanco no le satisface lo suficiente ninguna candidatura como para elegir una, pero su voto no tiene la misma connotación de crítica hacia el sistema electoral en sí que votar nulo.

Para calcular el porcentaje de votos obtenido por cada candidatura se tienen en cuenta los votos en blanco en el total de votos válidos, y no así los votos nulos, que a efectos electorales son lo mismo que no haber votado en absoluto.

¿Y de la abstención?

La abstención y el voto nulo tienen, en la práctica, el mismo efecto: tanto emitir un voto nulo como no haber ido a votar no afectan a los resultados electorales. La diferencia radica en que abstenerse supone, simplemente, no ir a votar, mientras que emitir un voto nulo conlleva haber ido al colegio electoral o haberlo enviado por correo.

Aunque puede emitirse un voto nulo sin querer, normalmente quienes votan nulo lo hacen para expresar su disconformidad hacia el sistema electoral o la propia clase política, mientras que las razones tras la abstención pueden ser infinitas, desde la insatisfacción con el sistema a simple indiferencia, contratiempos, etc.

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¿Cuánta gente vota nulo?

Proporcionalmente, muy pocas personas votan nulo. En las elecciones al Congreso de 2016 votaron en total 24.279.259 personas. De ellas, solo 225.504 emitieron un voto nulo: apenas un 0,9% de los votantes.

Por su parte, aún menos personas votaron en blanco: 179.081, un 0,7% de quienes acudieron a las urnas.

¿Está penado el voto nulo?

No, no hay ninguna disposición en la ley electoral que castigue el hecho de emitir un voto nulo. Además, el voto es secreto, por lo que no sería imposible saber quién lo emitió.

¿A quién beneficia?

El voto nulo no repercute en los resultados electorales, porque no cuenta como un sufragio válido. Aunque se contabilizan durante el escrutinio para dejar constancia de ellos, no tienen ningún efecto sobre el resultado de los comicios.

En contraste, el voto en blanco sí es válido. Teóricamente, puede perjudicar a los partidos más pequeños porque la ley electoral prevé una barrera del 3% de votos válidos para que una candidatura pueda siquiera participar en el cálculo de escaños. Al sumar al total de votos válidos, los votos en blanco, si son muchos, pueden llegar a elevar el umbral de votos necesarios para entrar en el reparto.

Sin embargo, su repercusión real en este sentido es muy pequeña, según indican los especialistas, ya que, en general, las candidaturas tan minoritarias como para quedarse por debajo de ese porcentaje no obtendrían escaños aunque entrasen en el reparto.

Según explica el profesor de la Universidad Carlos III Emilio Pajares, en la práctica, solo una vez ha ocurrido en España que un partido se quede sin obtener un escaño, que hubiera conseguido de haber podido entrar en el reparto, por quedarse debajo de ese 3% de votos válidos. Fue en las elecciones al Congreso de 1993, y el partido afectado, el CDS, que recurrió ante el Tribunal Constitucional y reclamó que no se tuvieran en cuenta los votos en blanco para calcular la citada barrera electoral. Y perdió.

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Votos nulos insólitos

Algunos electores que optan por votar nulo colocan dentro de los sobres objetos de lo más diverso como muestra de protesta por el sistema electoral o para mostrar su disconformidad hacia las candidaturas disponibles. A menudo, las imágenes de estos extravagantes votos nulos se vuelven virales en Twitter, compartidas por los miembros de la Mesa Electoral, que se los encuentran durante el escrutinio, o los propios votantes que los emiten.

En los últimos procesos electorales, con la popularización de las redes sociales, parece que algunos votantes compiten por emitir el voto nulo más 'original': desde dibujos en las papeletas, a listas electorales ficticias, lonchas de chorizo y todo tipo de ocurrencias.