El 37% de las mujeres tiene al menos un episodio de cistitis durante su vida y el 20% de ellas sufre una recurrencia en los dos primeros meses debido a la resistencia a los antibióticos, a que la infección no se ha tratado debidamente, o a los malos hábitos de higiene. Además, el 12% de las pacientes presenta cistitis recurrente, con más de dos episodios en un año, según un estudio.

Los hombres tampoco se libran, aunque es cierto que esta infección es menos frecuente en los varones, sobre todo en los menores de 50 años porque a partir de los 65 la incidencia aumenta debido a problemas prostáticos.

La causa más frecuente de las cistitis son las infecciones bacterianas, que, en su mayor parte, se deben a bacterias fecales (especialmente Escherichia coli), pero hay otras como klebsiella, proteus, enterococo. Estas bacterias penetran en la uretra y ascienden hacia la vejiga. En muchas ocasiones el organismo es capaz de eliminarlas sin problema mediante la orina, pero en ocasiones se adhieren a la pared de la uretra o la vejiga y colonizan las vías urinarias bajas provocando la infección.

No obstante, existen otras causas menos frecuentes de cistitis que no son infecciosas como la provocada por la radioterapia en la zona pélvica, por sustancias químicas, a causa de una complicación de otra enfermedad o la cistitis intersticial, que tiene los mismos síntomas que la infecciosa, pero sin infección y suele ser una afección crónica.

Síntomas de la cistitis

Necesidad imperiosa y frecuente de orinar, con sensación de no haber podido vaciar toda la vejiga.

Sensación de dolor u ardor al orinar.

Orina turbia que puede tener olor fuerte o desagradable.

En ocasiones presencia de sangre en la orina.

Sensación de presión o calambre en la parte inferior del abdomen. Esta sensación puede ocasionar dolor reflejo en la zona lumbar.

Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal.

Puede aparecer febrícula y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha llegado hasta los riñones).

Dolor en el costado o en la espalda (indica la presencia de una infección en los riñones).

Remedios caseros para la cistitis

En primer lugar, los médicos indican que es de gran ayuda beber mucha agua porque sirve para limpiar el tracto urinario de bacterias y que es mejor dejar de fumar (el tabaco es el principal causante del cáncer de vejiga) y de tomar café, alcohol y comidas con especias mientras la infección se mantenga.

Asimismo, hay algunos productos del día a día a los que podemos recurrir para encontrar alivio a la molesta cistitis.

1. Piña: esta deliciosa fruta contiene bromelina, que ayuda a digerir las proteínas descomponiéndolas en aminoácidos. Es diurética y funciona como antiinflamatorio.

2.Arándanos: el arándano rojo americano es rico en proantocianidinas, unos polisacáridos que minimizan e inhiben la actividad de la bacteria Escherichia Coli (E. coli) en la vejiga y las vías urinarias, responsable de la mayor parte de las infecciones urinarias de repetición, como la cistitis. Su gran actividad antiadherente impide que las bacterias E.Coli puedan fijarse a las paredes de la vejiga. Se puede tomar en zumo o en comprimidos.

3.Bicarbonato: el bicarbonato de sodio tiene propiedades alcalinas, antiácidas y electrolíticas y dificulta que las bacterias se adhieran a la pared del tracto urinario. Para consumirlo, debes añadir un cuarto de cucharadita de bicarbonato en medio vaso de agua, te tomas dos vasos de agua previamente y luego, el que contiene la solución.

4.Espinacas, acelgas y brócoli: tienen mucho hierro, vitaminas, minerales y antioxidantes. Se recomienda consumirlas crudas en el caso de las espinacas o bien en batidos. Ayudan a arrastrar las bacterias adheridas y a mejorar los síntomas.

Otras recomendaciones frente a la cistitis:

1.Evita alimentos que contengan levaduras (pan, pasteles, cerveza, vino…), porque pueden agravar los síntomas.

2.Las compresas calientes colocadas en la parte inferior del abdomen pueden aliviar y minimizar las sensaciones de presión o dolor de la vejiga, según apuntan desde Mayo Clinic.

3.Utiliza ropa interior de algodón y evita el uso de prendas ajustadas.

4.Haz pis antes y después de las relaciones sexuales, ya que es el momento de más riesgo.

5. Beber abundante líquido.

6. Evitar duchas genitales.