A Laura L. le diagnosticaron con 35 años un cáncer de mama, en concreto un cáncer de mama hormonal (aquellos afectados por hormonas), cuando estaba embarazada de su hija mayor. Después tendría que seguir un tratamiento endocrino u hormonal, durante unos 5 años. Tener un embarazo, por ello, no era del todo seguro.
"Mi doctora me explicó que, en circunstancias habituales, yo debía finalizar el tratamiento hormonal y entonces intentar ser madre de nuevo (esto implicaba situarme por encima de los 40 años)", cuenta Laura.
Las mujeres con cáncer de mama hormonal necesitan llevar, después de finalizar el tratamiento contra el cáncer, una terapia adyuvante (un tratamiento adicional que se administra después del tratamiento primario contra el cáncer para evitar recaídas) que consiste en una terapia endocrina u hormonal.
"Esta terapia hormonal suele durar de 5 a 10 años. Una media de unos 7 años, más o menos", afirma a laSexta.com el Dr. José Ángel García Sáenz, oncólogo en el Hospital Universitario Clínico San Carlos y miembro de la junta directiva del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama.
Este tratamiento endocrino está indicado para los casos de cáncer de mama con receptores hormonales positivos. "Y durante el tiempo que las mujeres están tomando este tratamiento se desaconseja el embarazo porque puede provocar malformaciones en el feto", añade el experto. También, hay que señalar que los tumores con receptor hormonal positivo son los que pueden presentar un riesgo más elevado de recaída, por el aumento de estrógenos durante la gestación.
Sin embargo, Laura consiguió quedarse embarazada, gracias al estudio POSITIVE, en el que participó. Al ver que quería volver a ser madre, su oncóloga -la Dra. Cristina Saura, coordinadora del estudio en España, miembro de la junta directiva de SOLTI y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d’Hebron- le dio a conocerPOSITIVE, un ensayo dirigido a evaluar los resultados y la seguridad de la interrupción de la terapia endocrina para las mujeres jóvenes con cáncer de mama con receptores hormonales positivos que desean quedarse embarazadas.
Este ensayo pionero incluye hospitales y pacientes de 20 países, han participado 72 pacientes de 18 centros españoles a través de los grupos de investigación SOLTI y GEICAM. Laura fue una de esas pacientes.
"El estudio implicaba pausar el tratamiento endocrino a los 2 años de su inicio para intentar quedarme embarazada, retomándolo tras la gestación y lactancia, con un pecho. Y así fue: "El proceso y seguimiento han salido bien a pesar de ser periodos de riesgo, por el aumento de hormonas, el embarazo y lactancia. Ahora hace 4 meses que he vuelto al tratamiento hormonal, para prevenir recaídas, y ya hace un año que fui madre por segunda vez y 5 años que lo fui por primera", confiesa Laura, uno de los primeros casos de éxito de este estudio.
Lo que pretendía demostrar realmente este estudio, explica y detalla García Sáenz, que tiene varias pacientes en el estudio, "era si podía ser seguro tener un embarazo haciendo una interrupción momentánea de la terapia endocrina, así como evaluar de forma prospectiva cuál era la posibilidad de que una mujer con cáncer de mama hormonal, interrumpiendo de manera momentánea, tuviera el éxito de una gestación y que todo saliera bien".
Resultados esperanzadores
"Los primeros resultados son esperanzadores", asegura el doctor García Sáenz. Éstos se han publicado recientemente, en la revista científica 'New England Journal of Medicine' (NEJM) y aseguran que "el riesgo de recaída de estas pacientes es del 8,9%, frente a un 9,2% en pacientes de condición equivalente que no pausaron la terapia en busca de un embarazo".
De modo que estos primeros resultados abren la posibilidad de un embarazo seguro a pacientes con cáncer de mama hormonal: "La evidencia de este estudio pionero refuerza la idoneidad de apostar por la preservación de la fertilidad antes de iniciar el tratamiento oncológico y abre la posibilidad de un embarazo seguro para aquellas pacientes con cáncer de mama que lo deseen, una vez que han realizado al menos 18 meses de terapia endocrina adyuvante", señala la doctora Saura.
Todo esto abre una puerta a la esperanza, ya que "el cáncer de mama es cada vez más frecuente en mujeres jóvenes y por tanto coincide con el deseo de ser madre de muchas de ellas", añade por su parte el Dr. Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio POSITIVE en España, miembro de la junta directiva de GEICAM y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Por ésta razón, añade el doctor, "fertilidad y embarazo resultan preocupaciones importantes tanto para las pacientes oncológicas como para los investigadores, que buscan encontrar herramientas que permitan abordar estos casos de forma óptima".
No obstante, es importante tomar estos resultados con cautela. Tal como explica el doctor García Sáenz: "El estudio ha tenido éxito pero es importante tener en cuenta que tiene un seguimiento aún relativamente pequeño (3 años y medio después del embarazo). Y la historia natural del cáncer de mama hormonal, es decir, el riesgo de que pueda aparecer una recaída, no solo hay que circunscribirlo a los primeros 3 años y medio sino que también existe un riesgo más allá ".
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Por tanto, lo que debemos transmitir es, por un lado, que el seguimiento aún es relativamente corto, que los datos preeliminares son muy esperanzadores, pero se necesita aún más tiempo. Y por otro lado, concluye el doctor, que "es pronto para implementarlo universalmente, es decir, para que suponga que todas las mujeres con cáncer de mama hormonal puedan suspender el tratamiento".