A los 38 años, estando embarazada de su tercer hijo, a Ruth le diagnosticaron un cáncer de mama: un cáncer de mama gestacional, esto es, un tumor de la mama que puede desarrollarse en en el embarazo, durante la lactancia o un año después del parto; un gran impacto emocional para las madres y todo su entorno.
"Me lo diagnosticaron cuando estaba en el sexto mes de embarazo. Fue como un jarro de agua fría, sientes que la vida se acaba, que hasta aquí has llegado. Pero después de informarme bien, decidí seguir adelante con las dos vidas, luché por los dos", confiesa a través del teléfono para visibilizar esta condición, aún muy desconocida.
Según datos de GEICAM Investigación cáncer de mama, aunque el cáncer en el embarazo es poco frecuente, hasta un 14% de las mujeres menores de 45 años pueden sufrir cáncer de mama gestacional. En total, en España se diagnostican más de 34. 000 nuevos casos anuales de cáncer de mama.
A pesar de ello, "ambas cosas no tienen por qué ser incompatibles. Hay que saber que el tumor, aunque se esté embaraza, se puede tratar y se puede seguir adelante con el embarazo", afirma a laSexta.com la Dra. Begoña Bermejo, del departamento de Oncología Médica del Hospital Clínico de València y miembro de la junta deGEICAM.
Hasta un 14% de las mujeres menores de 45 años pueden sufrir cáncer de mama gestacional, esto es, un cáncer de mama que aparece en el embarazo, en la lactancia o al año del parto
"Es cierto que todo dependerá de cada caso concreto, y del momento del embarazo en que se encuentre la paciente", añade la doctora, quien forma parte del panel de investigadores de la campaña 'Haz historia con tu historia' (lanzada el año pasado y coordinada por GEICAM y otras entidades científicas); una investigación para estudiar más acerca del cáncer de mama en el embarazo, profundizar en su estudio biológico y molecular, pues "sólo si sabemos el porqué del cáncer de mama relacionado con el embarazo seremos capaces de prevenirlo y asegurar un futuro a otras madres y a sus bebés".
Así y según se explica en esta investigación, a partir del segundo trimestre del embarazo es posible tratar el cáncer con seguridad, mientras que en el primer trimestre, los riesgos de algunos tratamientos para el feto pueden ser muy elevados.
Enfrentarse a un cáncer de mama estando embarazada
"El cáncer de mama en el embarazo no es una entidad distinta y lo tratamos igual que el resto de los tumores de la mama. Igualmente, y a día de hoy, y según estudios científicos realizados, el pronóstico del tumor sería el mismo que si no estuvieran embarazadas", explica la doctora Bermejo.
Pero es importante saber más sobre esta condición, sobre el cáncer de mama en el embarazo. Así, "una de las cosas que estamos intentando estudiar y tipificar, dentro de esta investigación (aquí se pueden ver todos los datos sobre ella y cómo participar ), es ver si biológicamente ese tumor es diferente".
"Pero a día de hoy, lo etiquetamos y tratamos como uno más, independientemente de si la mujer está embarazada o no", añade la experta.
En el caso de Ruth, una de las protagonistas y caras visibles de esta investigación, "todo fue muy rápido". Tal como ella misma nos cuenta, "enseguida comencé el tratamiento de quimioterapia y esto fue un proceso muy duro: era un 'shock' muy grande estar enchufada a la máquina viéndome la barriga. Pero gracias al apoyo del equipo médico, en quien confié en todo momento, y al de mi familia, salí adelante".
Un mes antes de que su embarazo llegara a término, le provocaron el parto y después la operaron del tumor. Gracias al equipo médico y la investigación científica hoy en día -casi 4 años después de todo aquello- Ruth y su hijo están bien.
"Gracias a los médicos, a mi familia y también a mi fé -que soy muy creyente- estoy bien. Por eso animo a todas aquellas mujeres que puedan pasar por lo mismo, que se informen bien de todo, que resuelvan todas sus dudas, y sobre todo que confíen en los médicos, que en España tenemos unos médicos excelentes", asegura Ruth.
El caso de Ingrid fue algo diferente. A ella también le diagnosticaron un cáncer cuando estaba embarazada, en la semana 36 de gestación. Por eso mismo, en ella fue todo mucho más rápido. Casi no le dio tiempo a digerir el golpe.
"El 1 de junio me dieron el diagnóstico, a los 5 días me provocaron el parto (que fue muy bien), a la semana me operaron del tumor y en julio, estaba ya recibiendo las primeras sesiones de quimioterapia. Fue todo muy seguido. Muy rápido", nos confiesa Ingrid, quien también, al igual que Ruth, formó parte de esta campaña, con el fin de dar a conocer a las mujeres el cáncer de mama gestacional.
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"Mi única preocupación en estos cinco días desde que me diagnosticaron el tumor hasta el parto- fue mi hija. Ver si iba a nacer bien, si ella estaba bien... Sólo ella. Tenía también sentimientos muy encontrados: estaba a punto de traer una vida al mundo, pero ¿y yo? ¿Yo iba a seguir viviendo?", cuenta Ruth, cinco años después de aquello.
"Es cierto que al principio pasé mucho miedo" -continúa Ingrid- "porque no sabía el alcance del tumor, si estaba extendido, si estaba localizado, si tenía buen pronóstico... Pero a la vez sabía que mi hija iba a nacer y eso me salvó, eso me hacía feliz, porque yo tenía muchas ganas de ser mamá".
Y fueron precisamente esas ganas lo que me ayudó después (del parto) a pasar el tratamiento contra el tumor, no de forma más fácil pero sí con otro talante: "No quería que el cáncer le quitara tiempo a mi maternidad. No quería perderme ese momento único en mi caso porque ya no podía tener más hijos, por una situación que en mi caso era temporal (porque por fortuna el cáncer tenía buen pronóstico)".
Y es que algo clave en todo esto es seguir observándote, seguir mirándote y consultar cuando veas algo raro. Porque por desgracia, el cáncer durante el embarazo existe. En el caso de Ingrid y de Ruth, esto fue clave: ambas consultaron cuando se notaron "algo raro", algo que no estaba como siempre. Y ante la duda, siempre consultar.
Por su suerte, "gracias a la investigación, hablar de cáncer ya no es sinónimo de muerte si se diagnostica a tiempo: viviendo todo este proceso he descubierto que la detección precoz es lo más importante", confiesa Ingrid. "En mi caso, por suerte una vez más, el pronóstico fue muy favorable, se quedó exclusivamente en la mama y ya pude respirar un poco, el miedo se fue yendo, aunque el tratamiento fue largo y duro, y centrarme en lo que yo realmente quería vivir: mi hija".