Cada vez hay más evidencia científica de las consecuencias para la salud de la contaminación del aire en las ciudades y también del ruido o la contaminación acústica. Sobre todo en las enfermedades respiratorias y pulmonares y también en las enfermedades cardiovasculares, tanto es así que la contaminación atmosférica supone ya un factor de riesgo cardiovascular para el desarrollo de estas patologías.
Por su parte y tal como señalan desde la Fundación Española del Corazón, "la contaminación atmosférica provoca 30.000 muertes al año en España y entre el 40 y el 80% de ellas son por causa cardiovascular". Por lo que es fundamental tener sociedades más limpias y saludables, con menos contaminación.
Con respecto al ruido y tal como advertía la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), "tres de cada cuatro habitantes de las grandes ciudades padecen ya algún grado de pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad y 1 de cada 10 acabará siendo sorda dentro de 30 años, si no se modifican los factores de riesgo.
Mayor exposición a la contaminación, más problemas de salud mental
Ahora, un estudio realizado en Inglaterra y que recoge datos de más de 9.000 personas, ha hallado una relación entre una mayor exposición a la contaminación ambiental durante las primeras etapas de la vida y el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos y depresión durante la juventud.
Los resultados publicados en la revista JAMA Network Open, sostiene además que no solo la contaminación sino que también una mayor exposición al ruido durante la infancia y la adolescencia se asoció con un incremento en el riesgo de ansiedad.
Las conclusiones de la investigación determinaron que "la exposición temprana a la contaminación del aire y el ruido se asoció prospectivamente con 3 problemas de salud mental comunes desde la adolescencia hasta la edad adulta joven".
Por su lado, las intervenciones para reducir la exposición a la contaminación del aire y el ruido (por ejemplo, zonas de aire limpio) podrían mejorar, sin embargo, "potencialmente la salud mental de la población. Ahora se necesita replicación utilizando diseños cuasiexperimentales para arrojar más luz sobre las causas subyacentes de estas asociaciones", tal como indican los investigadores en la publicación.
"El estudio confirma la evidencia sobre el efecto de la contaminación urbana sobre la psicosis y la depresión, previamente observada en adultos, en niños y en jóvenes. Y muestra, en una de las primeras veces, un papel del ruido en la niñez y juventud en la ansiedad en estas etapas", tal como expone Jordi Sunyer, investigador en el ISGlobal y profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona al medio Science Media Centre España (SMC España).
No obstante, añade que se necesitan "nuevos estudios en que la medida de los trastornos psiquiátricos y de la contaminación y el ruido sea más válida para confirmar estos resultados" así como realizarlos en otras zonas.
Dos tipos de evidencias: contaminación acústica y atmosférica
Por su parte, y tal como explica también a SMC España, Jon Andoni Duñabeitia, director del Centro de Investigación Nebrija en Cognición, este estudio presenta una "muestra muy cuidada" donde se han ido recogiendo y obteniendo datos a diferentes niveles, incluyendo aspectos relacionados con la salud mental en diferentes momentos del tiempo: desde el embarazo de las madres hasta la edad adulta. Y estos datos se combinan con "datos existentes sobre la contaminación del aire y acústica de diferentes momentos en el tiempo obtenidos de fuentes objetivas".
Con todo ello, sostiene Duñabeitia, la investigación presenta dos tipos de evidencias. "Por un lado, desvela que la exposición a pequeñas partículas contaminantes en el aire durante el embarazo, y en algunos casos durante la infancia, tiene un efecto potenciador de problemas de salud mental relacionados tanto con episodios psicóticos como con síntomas de depresión durante la adolescencia y juventud".
Y, por otro lado, añade el profesional, "muestra esta investigación cómo la exposición a contaminación acústica durante la infancia y adolescencia está asociada a una mayor presencia de ansiedad en las personas"; resultados que enlazan directamente con otros metaanálisis que demuestran también el impacto de la exposición a pequeñas partículas contaminantes durante el embarazo en el peso de los recién nacidos, especialmente en Europa.
De este modo, el trabajo precisa por tanto la necesidad de cuidar estos factores ambientales que tanto pueden repercutir en nuestra salud física y mental. De ahí, la importancia de adoptar medidas para mitigar estos efectos intentando, mejorar la calidad del aire así como el ruido que existe fundamentalmente en las grandes ciudades. Datos recientes del ministerio de Transición Ecológica mostraban por ejemplo que "el ruido causado por el transporte es segunda causa ambiental de enfermedades en Europa".
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Por último, e igualmente desde este ministerio, podemos conocer las acciones que España tiene aprobadas en el Programa Nacional de Control Contaminación Atmosférica 2023 - 2030 para combatir y mitigar los efectos de la contaminación en la salud de los ciudadanos.