Si queremos adelgazar hay una regla de oro que debemos saber: huir de lasdietas milagro y de todas aquéllas que te digan que vas a adelgazar mucho en pocas semanas. Si se adelgazan de golpe y rápido muchos kilos, lo volverás a coger tan rápido como lo has perdido. Y no habrá servido de nada.

Lo mejor, si queremos perder peso y sobre todo, y más importante, mantenerlo y no volver a recuperarlo nunca más, es tener en cuenta dos cosas: una, aprender a comer y dos, mantener esa alimentación para siempre.

Y en tercer lugar, y/o relacionado con lo anterior, otra de las cosa que debemos tener en cuenta para hacerlo realmente bien (es decir, para seguir una dieta que nos permita bajar de peso, en la cual aprendamos a comer de verdad y mantengamos para siempre lo aprendido) es que los kilos debemos perderlos paulatinamente. Despacio y sin ninguna prisa. Desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (Codinucova)nos explican cómo hacerlo y por qué es peligroso y nada bueno para la salud, bajar de golpe tantos kilos.

Evita el efecto rebote

Una de las claves por las que es importante no seguir dietas milagros o similares, es porque "son pobres en nutrientes esenciales y también ayudan a la pérdida de masa muscular, algo indeseable si queremos mantener nuestra salud. También perder peso muy rápido también puede acarrear otro tipo de problemas, como la deshidratación, flacidez o falta de energía. ", explica a la Sexta Gemma Tendero, dietista-nutricionista y miembro de la junta directiva del Codinucova.

Y quizá lo más nos preocupa, una de las cosas más temidas: "En el momento en el que se deje esa dieta milagro normalmente se vuelven a unos hábitos anteriores que por lo general no eran buenos, con lo que se puede recuperar el peso perdido y algo más. Este peso no suele ser de masa muscular (ya que la población en general es bastante sedentaria), sino de masa grasa, que es la más peligrosa para la salud", añade la experta.

Perder peso demasiado rápido puede producir ese temido 'efecto rebote': volver a recuperar lo perdido de nuevo, tan rápido como se ha perdido, incluso más peso aún

O lo que es lo mismo o parecido, perder peso muy rápido puede provocarnos ese temido efecto rebote... Según explica Tendero, el efecto rebote se refiera a un aumento de de peso (independientemente de la cantidad) y la vuelta a hábitos insanos o poco saludables anteriores, donde no se corrigen los puntos débiles de esa persona, ni se tiene un asesoramiento adecuado para evitarlo. No olvidemos, como explicamos en este artículo, que hacer dieta significa: aprender a comer saludable, y mantener esa dieta de por vida. No se trata ni mucho menos de prohiciones ni menos aún de pasar hambre, se tara sólo de saber comer, de llevar una dieta saludable, variada y equilibrada.

No más de un kilo a la semana

La Fundación Española del Corazón (FEC) asegura que adelgazar más de 1 kilo por semana puede perjudicar la salud de nuestro corazón. Es importante, afirma la FEC, tomarse la pérdida de peso con calma (no perder en un mes todo lo engordado) y desconfiar de las dietas en las que se pierde más de 1 kilo por semana.

Realmente, cada persona es un mundo y como tal, tendrá sus propios ritmos. "Normalmente, como dietistas-nutricionistas, a la población en general no aconsejamos una pérdida mayor de medio kilo por semana, aunque en realidad va a depender mucho de la situación de cada persona, del punto de partida y de los cambios que se realicen. Debemos tener en cuenta también, cuando se sube de peso, en qué proporción se encuentra esa ganancia. Si es rápida o es progresiva en un tiempo más o menos amplio. Lo más aconsejable, en cada caso, es que haya un buen asesoramiento", afirma Tendero.

Como dietistas-nutricionistas, no aconsejamos, a la población en general, una pérdida mayor de medio kilo por semana, aunque en realidad va a depender mucho de la situación de cada persona

Gemma Tendero, dietista-nutricionista

También aquí es importante tener en cuenta el factor psicológico, añade la especialista. Esto es, "si existe una promesa de bajar equis kilos o gramos a la semana, y la persona se que esto no se cumple (bien porque el paciente tenga otras necesidades o porque el paciente no trabaje aspectos importantes para conseguirlo o cualquier otra causa) pueden aparecer sentimientos de culpabilidad, de fracaso, frustración, enfado, desconfianza… Y cada vez que vuelva a intentar perder peso, tendrá menos ilusión y ganas de cuidar de su salud. Ya no solo tiene repercusión en la salud a nivel físico, sino también a nivel psicológico", explica la experta. Por ello es fundamental, evaluar cada caso en particular y asegurarnos de que la pérdida de peso se esté haciendo bien. Las prisas ya vemos que para adelgazar, tampoco son nada buenas.