Al llegar a casa, sólo podía sentirse culpable: "(...) Porque no tenía que haberme puesto a hablar con gente que no conozco, porque me separé de mi amigo, porque me quedé sola en una ciudad que no conocía, me sentí muy culpable; tenía pesadillas, insomnio". Así declaró ante el juez la joven denunciante de 'La Manada', según ha publicado Diario Noticias Navarra.

Los expertos coinciden en que este sentimiento de culpabilidad lo sufren la mayor parte de las víctimas de una agresión sexual. El psicólogo Esteban Cañamares, explica que "el miedo a ser culpable es una parte del freno que lleva a no denunciar".

La joven cuenta al juez su preocupación por no ser señalada, que por eso continúo su actividad habitual en las redes sociales: "Había muchos conocidos que sabían que había ido a los Sanfermines y por eso puse también una foto con mi amigo. Quería evitar que relacionaran con esto".

Una reacción que también responde a otra pauta de comportamiento de las víctimas, proteger por encima de todo su anonimato, por el que temió más al saber que la habían grabado. "Pensaba que lo iba a ver todo el mundo (...) me generaba mucha angustia pensar que los esos podían salir", dijo la joven ante el juez.

No podía evitar tener miedo cuando supo que la investigaban, algo que le llevaba a pensar qué otra cosa más le podía pasar: "Salía a la calle pensando que me iban a secuestrar, sentía que todo el mundo me observaba y necesitaba sobreprotegerme".

Rocío Peces, psicóloga, detalla que "todas las situaciones que pueden recordar al suceso o que se pueden ver como peligrosas, producen una ansiedad que se evita".

Defiende que siguió con su vida normal porque así se lo recomendaron los psicólogos.