Es el pulmón de la Tierra, donde se encuentra la mayor cantidad de especies animales y plantas del planeta. Una sola reserva del Amazonas tiene más especies de aves que todo Estados Unidos.

Pero este paraíso, en peligro desde hace tiempo, va a sufrir uno de los golpes más duros en años. El presidente de Brasil abrirá a la explotación privada de cobre y oro nueve reservas naturales que ocupan 47.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de Dinamarca o Suiza.

Un ataque medioambiental sin precedentes con una única finalidad, reducir el déficit del país, pero a costa de lo que sea. "Esta decisión supone, sin duda, el mayor ataque a la amazonia en los últimos 50 años, porque hay que pensar que Brasil, hasta ahora, ha sido realmente el líder referente en la constitución de áreas protegidas", denuncia Luis Súarez, responsable del Programa de Especies de WWF.

La selva amazónica brasileña perdió 800.000 mil hectáreas entre 2015 y 2016, y los ecologistas denuncian que las leyes de Temer eliminarían hasta 30.000 kilómetros cuadrados más de áreas protegidas.

Algo catastrófico, como asegura el responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto: "Hablamos de una zona remota, muy rica en biodiversidad, donde en algunas zonas se habla de 300 especies arbóreas por hectárea". Una desprotección del Amazonas que provocaría la desaparición de animales, plantas y también de etnias indígenas.