Un paseo por Morella, uno de los pueblos más bonitos de Castellón

Todas las provincias tienen algunos pueblos que destacan por ser más bonitos que los demás. Pero tener un encanto especial, algo que los demás no tienen. Y en Castellón, si buscamos en el interior, nos encontramos con Morella.

A Morella podríamos definirla como una joya medieval. Sus mayores atractivos son su castillo, imponente, al que se accede tras ascender varias cuestas ya que se encuentra en la parte más alta o su basílica Arciprestal Santa María la Mayor, con su bonita fachada. Pero el pueblo en sí es cautivador.

Lo son sus murallas, a través de las cuales se puede acceder a su interior. Y lo son sus calles empedradas, que te transportan a otra época. Destaca, por ejemplo, la calle Blasco de Alagón, en la que se encuentran obras arquitectónicas como el Ayuntamiento.

Esta calle es conocida por sus ciudadanos, además, como "la plaza". Allí hay bares y restaurantes y por otro lado cada domingo se celebra un mercado, por lo que es la zona del pueblo con mayor actividad.

Tiene su encanto también el barrio de la judería, repleto de callejones estrechos y con su cuesta de Sant Joan, que con sus 402 escalones va de lado a lado del municipio. Además, merecen mención especial algunas de sus casas, como la Piquer o la del Marqués de Cruïlles.

Por otro lado, es imprescindible observar Morella desde alguno de sus miradores o desde alguna de sus dieciséis torres, la más famosas de las cuales son, quizá, las de San Miguel, que datan del S. XIV. Las vistas desde las alturas son increíbles, igual que lo son las que te encuentras a medida que te acercas al pueblo, cuando desde la carretera ves Morella situada en lo alto de una pequeña montaña.

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