EXTREMADURA
Llerena, la pequeña Atenas extremeña y un paraje natural de escándalo
Tanto si disfrutas de la arquitectura histórica como si lo tuyo son los destinos naturales, disfrutarás a lo grande de Llerena.
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¿Sabes por qué Lorena llegó a ser conocida como la pequeña Atenas? No es un apelativo menor, no al menos si tenemos en cuenta que que el concepto de belleza que todavía hoy sostiene la civilización occidental viene de Grecia y Llerena se lo ganó por su espectacular casco histórico, un compendio de arquitectura histórica en el que confluyen las influencias flamencas y mudéjares y que le valió a esta localidad ser reconocida como Conjunto Histórico Artístico en los 90.
En Llerena todo empieza en la Playa Mayor y en los edificios que la rodean con sus pórticos y sus arcos ¿edificios imperdibles de la localidad? El Palacio Maestral, el Episcopal, el de los Zapata y el Consistorial, el Parque de la Constitución, el Convento de Santa Clara e iglesias como la de Nuestra Señora de la Granada y la iglesias Parroquial de Santiago Apostol (de importancia no menor dado que esta localidad extremeña fue residencia de los Maestres de la Orden de Santiago).
Ahora bien, decíamos ya en el titular que Llerena no es solo la pequeña Atenas sino que está ubicada también en un paraje natural de escándalo y es que no llegan a 9 los kilómetros que separan Llerena de La Morolla, un lugar de gran diversidad paisajística en el que te encantará perderte: aquí podrás pasear entre encinas, alcornoques y olivos, orégano, tomillo, romero y manzanilla; también podrás maravillarte ante la fauna de la zona que ras suelo se compone de jabalíes, conejos y ciervos y en el aire de grullas, perdices, milanos y avutardas; además, para completar el paisaje, descubrirás también campos de cereales, de trigo principalmente, también de girasoles y algunas vides.
Si complementas tu visita patrimonial y natural a Llerena con una caldereta extremeña o con algún plato de caza como el venado, el jabalí o la perdiz seguro que querrás volver… con más ganas aún si además te llevas a casa una caja de ‘corazones de las Monjas de Llerena’ que preparan las monjas del Convento de Clausura de Santa Clara, se sabe que se preparan con huevos, miel y almendras pero la receta exacta es un secreto que se guarda en el interior de este convento…
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