JAPÓN
Isla de Yakushima: la selva japonesa del diluvio eterno
Un bosque frondoso, un ambiente místico y mucha agua esperan a los visitantes en este rincón nipón.

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Más allá de ciudades como Tokio o Kyoto, Japón tiene un sinfín de destinos increíbles que bien merecen formar parte de una ruta por este país asiático. Entre ellos se encuentra la isla de Yakushima, que se ha ganado la fama de ser considerada como un lugar en el que siempre llueve.
Conocida como la isla del diluvio eterno, se trata de una extensión de tierra montañosa cubierta por un bosque húmedo y denso en el que se estima que llueve aproximadamente 300 días al año. Catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son muchos quienes recorren su selva bajo la protección de un paraguas, lo que hace que la experiencia resulte mágica y mística a partes iguales.

De la isla de Yakushima , pero hay algunos que incluso superan los 2.000 años. El Jōmon Sugi es uno de ellos y ese es el motivo por el que es uno de los árboles más venerados de todo Japón.
Los árboles de la selva de Yakushima están cubiertos de musgo, son altos y a menudos están envueltos por una bruma que le da un toque misterioso al lugar. Los paisajes son de lo más fotogénicos y los senderos, que se adentran en la espesura del bosque, son transitados por multitud de personas que no quieren perderse este rincón tan singular del país nipón.

Entre las rutas más famosas se encuentra la que conduce hasta el árbol que antes hemos citado: el Jōmon Sugi. Debes saber que si te animas a recorrerla vas a tener que sufrir un poco, a no ser que seas un senderista experimentado. También hay caminatas más sencillas, como la del Shiratani Unsuikyo, que te lleva por un valle verde musgoso que inspiró la película La Princesa Mononoke.
Pero en medio de esta selva no solo hay árboles. También hay ríos de aguas transparentes, saltos de agua tales como el Oko-no-tali o playas en las que cada verano desovan tortugas dando lugar a un espectáculo fascinante de la naturaleza.
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