Pasarelas y puentes colgantes en una espectacular ruta que conecta Lleida con Huesca

El río Noguera Ribagorzana sirve de frontera natural entre el Pirineo catalán y el Pirineo aragonés, más concretamente entre Lleida y Huesca. Un caudal de aguas turquesas que, si bien resulta ideal para disfrutar de agradables veladas de paddle surf o kayak, reserva una aventura vertiginosa a los más valientes.

Se trata del Congosto de Mont-Rebei, un desfiladero que surca los cielos de la zona a base de pasarelas y puentes colgantes que ofrecen a quienes lo recorren las vistas más espectaculares desde el aire. De hecho, las paredes verticales alcanzan los 500 metros de altura.

Si bien el vértigo puede jugar una mala pasada, la realidad es que es un destino perfecto también para los más pequeños. En especial la ruta corta, de 10 kilómetros y tres horas de recorrido aproximadamente. El paseo da comienzo en el parking de la Masieta y, dos kilómetros después, se llega al primer puente colgante sobre el barranco de Sant Jaume.

Ahora bien, es el puente del Siegué el que conecta Lleida con Huesca. A partir de ese momento, se puede continuar por la ruta más larga, que llega a las pasarelas de Montfalcó. Un ascenso de 200 metros precede a unas espectaculares escaleras ancladas en la roca que, esta vez sí, hacen que los nervios se pongan a flor de piel.

Las vistas del Congosto de Mont-Rebei, así como los secretos que esconden sus rutas, incluyendo una cueva prehistórica o su apabullante fauna y flora, hacen de este lugar uno de los más exuberantes de los Pirineos.

Una visita obligada para los aficionados al senderismo que puede concluir en un refrescante baño por las aguas del Noguera Ribagorzana. Tantodesde el aire como en el agua, este paisaje trastoca los esquemas hasta de los más experimentados.

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