Triunfaron con su primera startup... y parece que van a repetir éxito

¿Es posible repetir un éxito empresarial? Posible es, desde luego, pero la experiencia nos dice que no es frecuente. Cuando se emprende, sobrevivir es muy difícil. Las tasas de fracaso empresarial son demasiado altas como para que un emprendedor se lance estando convencido al 100% de que su proyecto saldrá adelante sin problemas.

Si difícil es sobrevivir, más aún lo es tener un éxito remarcable. De hecho, incluso tener éxito una primera vez (con un crecimiento expansivo, una internacionalización, una posible venta...) no garantiza que vayas a poder replicarlo la segunda, salvo contadas excepciones. Pero hay dos españoles que se han propuesto ser parte de la excepción que confirma la regla.

Su primera empresa, vendida al fundador de Electronic Arts

Se trata de Gerard Fernández y Elías Lozano, dos emprendedores cuya historia comienza en 2002. Fue entonces cuando fundaron Microjocs, una compañía dedicada al desarrollo de videojuegos para teléfonos móviles. En aquella época los smartphones no existían y la industria del videojuego para teléfonos era aún incipiente, pero Microjocs tiró de talento y consiguió llegar a hacerse un buen hueco dentro de un mercado lleno de incertidumbre.

El trabajo de Microjocs no resultó en vano: en 2007, tras cinco años de trabajo y crecimiento, la empresa fue comprada por Digital Chocolate, uno de los gigantes tecnológicos de la industria mundial de juegos móviles. De este modo, la pequeña compañía de Gerard y Elías pasaba a manos de nada menos que Trip Hawkins, fundador de Electronic Arts, y nuestros dos protagonistas entraban dentro del equipo de Digital Chocolate.

Su nuevo proyecto nace con dos millones de financiación

Siete años después de la venta de Microjocs, Gerard y Elías no se han cansado de crear compañías juntos, y ahora disponen de un nuevo cachorro al que dar de comer. Se trata de Omnidrone, una startup de desarrollo de juegos midcore social para móviles y tablets. Su modelo de negocio parte de métodos de uso freemium, una estrategia con la que pretenden replicar el éxito de Microjocs.

Y, por ahora, la cosa no pinta nada mal: apenas unos meses después de nacimiento oficial, Omnidrone acaba de llevar a cabo una primera ronda de financiación de nada menos que dos millones de dólares, lo que representa un total y absoluto voto de confianza por parte de sus primeros y nuevos accionistas, entre los que se encuentran fondos de inversión como London Venture Partners (inversores de multinacionales como Supercell), Nokia Growth Partners (inversores en Grand Cru) y el fondo español Kibo Ventures, uno de los más activos de nuestro país.

Con esta inversión, los creadores de Omnidrone harán crecer su equipo desde las nueve personas actuales hasta los 20 trabajadores que enrolarán sus filas próximamente. Además, la nueva financiación servirá para ultimar el desarrollo de su primer juego.

Una apuesta arriesgada de los tres fondos inversores, ya que Omnidrone aún no tiene un proyecto testado por el mercado, con lo que los nuevos accionistas invierten en el equipo humano. Sin embargo, si tenemos en cuenta la experiencia de Gerard y Elías, parece que hay motivos más que suficientes para confiar.