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Este fármaco para ralentizar el Alzheimer ha pasado los ensayos clínicos

Se trata de lecanemab, una terapia novedosa pero que no está exenta de problemas.

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AlzheimerJohn Bloor

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Unos meses atrás la Agencia Europea del Medicamento aprobó el uso del fármaco lecanemab, para el tratamiento del alzhéimer. El lado positivo es que reduce un 27% el deterioro cognitivo, pero su uso se limita a pacientes con menor riesgo de efectos secundarios graves. Porque sí, este fármaco no está libre de estos efectos.

El problema es que, durante los ensayos clínicos realizados por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) surgieron efectos secundarios (inflamación y hemorragia cerebral), lo que ha generado dudas sobre su uso. Esto se debe a que los ensayos se realizan en un grupo poblacional que si bien no es reducido, sí es limitado y, una vez que el fármaco llega al mundo real, con un público más amplio, se descubren nuevos efectos. Y defectos.

Con esto en mente, un equipo de científicos de la Universidad de Washington, se propuso estudiar los eventos adversos asociados al tratamiento con lecanemab en sus pacientes clínicos y descubrieron que los eventos adversos significativos eran poco frecuentes y, lo más importante, controlables.

En consonancia con los resultados de ensayos clínicos cuidadosamente controlados, los investigadores descubrieron que solo el 1% de los pacientes experimentó efectos secundarios graves que requirieron hospitalización. Los pacientes en la etapa inicial del Alzheimer con síntomas muy leves experimentaron el menor riesgo de complicaciones, según los autores del estudio publicado en JAMA, lo que ayuda a que, tanto pacientes como médicos, tengan más información a la hora de iniciar el tratamiento.

El estudio se centró en 234 pacientes con enfermedad de Alzheimer leve o muy leve que recibieron lecanemab en el Centro de Diagnóstico de la Memoria de WashU Medicine, una clínica especializada en el tratamiento de pacientes con demencia.

"Esta nueva clase de medicamentos para el Alzheimer sintomático temprano es el único tratamiento aprobado que influye en la progresión de la enfermedad – explica Barbara Joy Snider, coautora del estudio -. Sin embargo, el temor en torno a los posibles efectos secundarios del fármaco puede provocar retrasos en el tratamiento. Nuestro estudio demuestra que es posible administrar este fármaco de forma segura a los pacientes, incluyendo a los pocos que pueden experimentar efectos secundarios graves, lo que abre el camino para que más clínicas administren el fármaco de forma segura".

Lecanemab es una terapia con anticuerpos que elimina las proteínas de la placa amiloide, prolongando la vida independiente en 10 meses. Dado que la acumulación de amiloide es el primer paso de la enfermedad, los médicos recomiendan el fármaco a personas en la etapa inicial del Alzheimer, con síntomas leves o muy leves.

"Los pacientes con los síntomas más leves de Alzheimer probablemente obtendrán el mayor beneficio y el menor riesgo de efectos adversos del tratamiento – añade Snider -. La vacilación y la evasión pueden llevar a los pacientes a retrasar el tratamiento, lo que a su vez aumenta el riesgo de efectos secundarios. Esperamos que los resultados ayuden a replantear las conversaciones entre médicos y pacientes sobre los riesgos del medicamento".

La duda a la hora de administrar lecanemab se debe a un efecto secundario conocido como anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide (ARIA). Estas anomalías, que suelen afectar solo a una zona muy pequeña del cerebro, aparecen en las exploraciones cerebrales e indican inflamación o sangrado.

En ensayos clínicos con lecanemab, el 12,6% de los participantes experimentaron ARIA y la mayoría de los casos fueron asintomáticos y se resolvieron sin intervención. Un pequeño porcentaje (aproximadamente el 2,8% de los participantes tratados) experimentó síntomas como dolor de cabeza, confusión, náuseas y mareos. Se estima que el 0,2% de los pacientes tratados han sufrido muertes ocasionales relacionadas con lecanemab.

Al analizar los resultados de sus pacientes, los autores observaron que la magnitud de los efectos secundarios coincidía con la de los ensayos clínicos: la mayoría de los casos de ARIA en la clínica fueron asintomáticos y solo se detectaron mediante exploraciones cerebrales de alta sensibilidad utilizadas para monitorizar los cambios cerebrales. De los 11 pacientes que experimentaron síntomas de ARIA, los efectos se resolvieron en gran medida en pocos meses y ningún paciente falleció.

"La mayoría de los pacientes que recibieron lecanemab toleran bien el fármaco – concluye Suzanne Schindler, coautora del estudio -. Nuestro análisis puede ayudar a los pacientes y a los profesionales sanitarios a comprender mejor los riesgos del tratamiento, que son menores en pacientes con síntomas muy leves de Alzheimer".

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