'Heartstopper' llegaba la primavera de 2022 a Netflix para llenar un vacío de gran parte del colectivo LGTBI que transitó su adolescencia sin comedias románticas en la que pudieran encontrar referentes. La serie rápidamente escaló a la quinta posición del ranking de series en inglés con 53 millones de horas vistas en el mundo. El éxito llevó a confirmar rápidamente la segunda temporada de la adaptación de las novelas gráficas de Alice Osman y lanzó al estrellato a los protagonistas Kit Connor y Joe Locke, junto al resto del reparto.

La fama llevó a Connor al centro de la polémica porque el público más fan de la serie se llevó la historia al terreno personal y surgieron muchas críticas cuando se publicaron unas fotos del actor de la mano de la actriz Maia Reficco en noviembre. Acusado de 'queerbaiting', un término que se emplea cuando se utiliza lo LGTBI como falso reclamo, el actor se vio "obligado a salir del armario y a decir que era bisexual". Y sin disimular el enfado, llegó a recriminar al público por no hacer honor al espíritu de la serie. "Creo que algunos de vosotros no habéis entendido el objetivo de la serie. Adiós", escribió en sus redes sociales.

Ahora, en una entrevista en The Guardian ha insistido en esta idea porque cree que la trama de la serie demuestra que "la homosexualidad no es un estereotipo". En la serie se ve en el caso de su personaje Nick Nelson porque se dice de él que "es imposible que sea gay siendo el capitán del equipo de rugby" y se da por hecho que es "el chico más hetero del instituto".

De hecho, sobre la segunda temporada que se estrena el 3 de agosto ha dicho que, precisamente, abordará los problemas de Nick para salir del armario. A pesar de haber declarado su homosexualidad, el actor ha dicho que no quiere se le defina por eso o por su personaje en la serie. "No me gustaría que me definieran como actor gay, quiero interpretar todo tipo de papeles si mi carrera continúa", ha explicado.