Ésta iba a ser su última legislatura. Tenía pensado volver a su tierra, Asturias, y dedicarse a lo que estudió, la medicina. Pero las movilizaciones ciudadanas le han hecho cambiar de opinión. Dice que ahora tiene más ilusión que nunca.
Dentro de Izquierda Unida ha creado un nuevo partido, Izquierda Abierta, combativo contra la austeridad y con listas abiertas a cualquier ciudadano. El objetivo, presentarse a las elecciones europeas de 2014. Y como cabeza de cartel suena nada menos que el juez Baltasar Garzón.
No se plantea dejar Izquierda Unida pese a que no se siente del todo integrado con la actual dirección, la que le sucedió en 2008. Ese año dimitió como coordinador federal tras sufrir la peor derrota de la historia del partido: sólo consiguió dos escaños.
En el Congreso ha sido la voz contra la Guerra de Irak. Ha defendido con vehemencia el estado del bienestar, y ha criticado con dureza el pacto de PP y PSOE de reforma de la Constitución para poner el pago de la deuda por encima de cualquier otro gasto.
Ahora, 30 años después de entrar en política, ha encontrado la razón para seguir dando batalla.