Allá por los años 30 del siglo XX, la propaganda soviética enseñaba una Ucrania sin un mal gesto, un bucólico paraíso en blanco y negro en el que dejarse las manos con una sonrisa.

Sin embargo, la realidad de los ucranianos se parecía más a la de gente muriendo de hambre y niños en estado terminal. De 1932 a 1934, los ucranianos sufrieron una terrible hambruna a la que se sumaron las confiscaciones de alimentos de Stalin.

Millones de personas murieron y al que se rebelaba contra la Unión Soviética le disparaban. Fue lo que se conoció como el Holodomor, que explica que parte de la población ucraniana acogiera a los nazis como una ligera esperanza de liberación.