La familia Pujol, antes un referente en Cataluña, está bajo la lupa de la justicia. Una sospecha que empieza en Jordi Pujol Ferrusola, el mayor de los siete hijos del expresident. Está imputado por blanqueo de capitales y delito fiscal.

La primera pista la dio María Victoria Álvarez, su novia durante unos dos años. Sostiene que, cuando viajaban juntos a Andorra, el hijo del expresident catalán iba con una mochila llena de billetes de 500 euros.

Poco antes de las elecciones catalanas de 2012, Álvarez duda si denunciar o no a su ex. Y lo consulta, vía sms, con un viejo amigo de la infancia, Jorge Moragas, jefe de gabinete del presidente del Gobierno. Los dos, Jorge y María Victoria, fueron compañeros de clase en el instituto.

Finalmente, Álvarez declaró en la Audiencia Nacional sobre los negocios de Jordi Pujol Ferrusola. Jordi Pujol hijo habría cobrado por asesorar en áreas tan distintas como campos de golf, plantas solares, sistemas de información en México, parcelas pendientes de recalificación o redes eléctricas en Gabón.

Los beneficios de tanta consultoría multidisciplinar podrían haber acabado en Suiza. 32 millones de euros escondidos allí y en otros 16 paraísos fiscales. Dinero de sobra para su colección de coches.

Jordi compitió en grandes eventos automovilísticos, como el Dakar del 98 o en coches clásicos de Le Mans. En 2002 corrió la mítica prueba con un Porsche 903 del 66. La pasión por el deporte le venía de lejos. En 1983 era capitán del equipo de Rugby del Barça. El 'otro Pujol' ya decía entonces: "lo importante es saber llevar el nombre".