El más alto de los tribunales eclesiásticos de España es el de la Rota, en Madrid. En él manda y mandaba la palabra de Dios.

Intentar anular el matrimonio en este tribunal durante el franquismo parecía algo reservado a las élites adineradas. "Era una cuestión de precio, los ricos podían acudir a la Rota, pero que me digan qué pobres iban", apunta Enrique Linde, subsecretario del Ministerio de Justicia en 1981.

Manuel Jesús Arroba, juez del Tribunal Apostólico de la Rota en Madrid, explica que años atrás, por "sensibilidad y posibilidades", los usuarios "podían ser personas más pudientes".

En cualquier caso, ahora si uno quiere divorciarse, lo pide y lo tiene. En la Rota es necesario convencer a un tribunal para que esto se ratifique y los requisitos son los mismos desde hace siglos. "Es la diferencia principal que hay entre el modo con que la iglesia afronta las crisis conyugales y el modo con que los Estados han ido evolucionando", apunta el juez.

Por otro lado, laSexta Columna charla con la histórica feminista Ana María Pérez del Campo, que recuerda los motivos que le llevaron a luchar hace 40 años por la Ley del Divorcio.