Manuel Según Alonso es experto en masonería. laSexta Columna le acompaña a una logia actual. Defiende que los masones son una sociedad discreta que solo persigue el bien de la humanidad. "Los masones se reúnen con el propósito de progresar como personas, consideran que así también va a progresar la humanidad", explica Manuel, doctor en Historia.
En sus artículos, Franco defendía que la masonería buscaba en la democracia el medio para sojuzgar a los pueblos. "Franco odiaba a los masones porque luchaban por establecer una democracia", añade Según Alonso.
Con la llegada de Franco muchos masones se exiliaron. A los que se quedaron, los reprimió el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el comunismo. "Franco quería que la pena máxima fuera la pena de muerte y fue el embajador de Estados Unidos el que le dijo que dónde iba. Eso hizo que aceptase como pena máxima 30 años de reclusión mayor", afirma Leandro Álvarez Rey en laSexta Columna.
Este catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla recuerda que "ninguna persona que hubiera sido condenada por delitos de masonería podía desempeñar cargos en la administración o en las empresas públicas o privadas. Era la mejor garantía para que uno muriera de hambre, nadie le iba a ofrecer un empleo".
Pero el tribunal para la represión también abrió expediente a Elio González, profesor de la República, pese a que había muerto en la Guerra Civil. "El expediente de mi abuelo se inicia en el año 46 y él llevaba siete años muerto. No sabemos hasta qué punto el franquismo siguió persiguiendo a la gente incluso después de muerta", explica Silvia, su nieta.
"La mayor parte de los comunistas ya habían sido condenados por los consejos de guerra a pena de muerte. Muchos de ellos ya habían muerto, eran juzgados tras haber sido ejectudos", añade Guillermo Portilla, catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Jaén, en laSexta Columna.