Cristina lleva dos décadas cultivando productos ecológicos en la sierra de Madrid. Distribuye directamente a cooperativas y dos restaurantes. Al ser un producto ecológico, no utiliza fertilizantes derivados del petróleo para cultivar y al saltarse a los grandes intermediarios, vende a un precio que no depende tanto de los vaivenes del mercado.

"Yo creo que están pagando incluso menos que en un mercado convencional", explica esta mujer, que asegura que "entre que corto una lechuga y le llega al consumidor a lo mejor no han pasado ni 12 o 24 horas". En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna analiza con expertos este modelo que funciona a pequeña escala y si sería aplicable para toda la población.