Con la condena a muerte a Salvador Puig Antich, empezó una espera aún más tensa, en la que la familia de Salvador sintió el apoyo discreto de vecinos y allegados, pero no el de las organizaciones políticas que luchaban contra la dictadura. 

"Es que no hicieron nada, ni el Partido Comunista, ni el PSOE, ni nada. Estábamos solas, la verdad", denuncia la hermana de Salvador, Carme Puig Antich, en el vídeo sobre estas líneas. "No hay presión en la calle en un momento en el que sí había presión por otras cosas", comenta por su parte Gutmaro Gómez Bravo, catedrático de Historia de la Universidad Complutense, que señala que "los grandes grupos están negociando, intentando salir de la clandestinidad. Lo que quieren es que no los vinculen con nada que tenga que ver con el terrorismo". 

Para el periodista Jordi Panyella, "el poco ruido que hacen es uno de los temas nunca resueltos en Cataluña". En este sentido, señala que "el MIL no era de los suyos, llevaba armas y la oposición democrática en Cataluña, clandestina, optaba por la vía pacífica".