Después de cinco meses de espera en prisión, Salvador Puig Antich se enfrenta a un consejo de guerra por dos delitos de terrorismo: uno por atracar un banco, en el que queda ciego un empleado, y otro por el homicidio del policía Francisco Anguas. "Fue muy rápido, fue rocambolesco", recuerda Merçona, hermana de Salvador.

"El consejo de guerra duró un día y al siguiente el magistrado ya había redactado la sentencia con la pena de muerte", explica Jordi Panyella, periodista de tribunales que ha investigado aquel breve consejo de guerra plagado de irregularidades hasta llegar al portal de la calle Girona donde, según la policía, Salvador disparó cuatro veces. Una versión policial que el experto desmonta en el vídeo sobre estas líneas.

Panyelles ve claro que en la versión de la policía hay puntos negros y que no está demostrado que durante el tiroteo, las balas que mataron al policía no fueran de sus propios compañeros: "En un caso de muerte con uso de armas se denegó la prueba pericial balística. No se entiende, la única lógica que tiene es ocultar el uso de las armas de la policía y su actuación aquí dentro".

El tribunal no admitió que se investigara cómo se habían usado las armas. Alegaban que ellos mismos, al ser militares, sabían suficiente del tema. 50 años después, en el mismo edificio del consejo de guerra, laSexta Columna consigue acceder al sumario, donde descubre que el abogado de Salvador se quejó de que al denegarse la mayoría de las pruebas, se había producido la indefensión Puig Antich.