El mercado de la ropa es un claro ejemplo de cómo crecemos sin control. Cada año se confeccionan 100.000 millones de prendas en el mundo. Ana Alpuente, divulgadora de moda sostenible, explica en laSexta Columna que "cuando veo una influencer de 500.000 seguidores con ocho bolsas de una tienda de comercio electrónico de origen chino mostrando que por 4 euros se ha comprado tal y tal cosa y presumiendo digo '¿qué tienes en la cabeza?'".

"Me ponen enferma, qué manera tan inconsciente de hacer consumir a la gente", comenta en el vídeo sobre estas líneas la influencer, que sin embargo asegura que la tendencia está girando hacia lo que hace ella en sus redes sociales, promover la ropa de segunda mano.

"Desde hace 3 años no me compro nada nuevo. Ya hay bastante ropa fabricada en el mundo como para que sigamos comprando más todavía", afirma Ana, que está convencida de que la ropa de segunda mano, si es de buena calidad, es mucho mejor que las prendas baratas, con menor vida útil. "Es muy importante que nos concienciemos y lo estamos haciendo, que la moda tiene que ser circular, que si algo no nos gusta lo tenemos que vender o donar", apunta. 

Mayra Parapar trabaja en una de esas tiendas a las que acude Ana y ha notado que la ropa de segunda mano cada vez se vende más, lo que refrenda la encuesta de laSexta Columna a pie de calle. A nivel global el mercado de la ropa de segunda mano creció un 28% en 2022 y la previsión es que en los próximos años crecerá tres veces más rápido que el resto del textil. Por eso, ya hay gigantes de la industria de la moda que han puesto en marcha sus propias plataformas de venta de ropa usada.