Los pensionistas, hasta ahora intocables, llevan años sufriendo recortes. Una de los más importantes, el retraso en la edad de jubilación. Carlos es uno de ellos. Tiene 63 años y 38 cotizados. Con la nueva ley, debe esperar 2 años más para prejubilarse, a los 65 años. Pero aun así lo va a hacer ahora, aunque le penalicen, por miedo a que la cosa empeore. La penalización de Carlos por prejubilarse antes de tiempo será de 2.000 euros al año.

La Unión Europea exige a los Estados frenar las prejubilaciones para ahorrar. Según el Gobierno, 1 de cada 2 españoles se retira antes de la edad legal y eso, según la Ministra de Empleo, es demasiado caro.

En 2011 el Gobierno socialista la amplió de 65 a 67 años de forma progresiva. A José le queda muy lejos, pero este retraso se lo hará pasar mal en el futuro. 33 años, dos carreras. Está empezando su empresa de vídeo, pero sigue parado. Tiene sólo un año y medio cotizado. Para cobrar el 100% de su pensión deberá encontrar trabajo hoy mismo y trabajar sin parar hasta los 70 años.

Además tiene otro problema: el cálculo de la pensión ya no se hace con el sueldo de los últimos 15 años, sino que se amplía a 25. Resultado: menos pensión. Según la OCDE, bajarán un 9%.

El actual sistema de pensiones nació en Pacto de Toledo de 1996. Gobierno, oposición y sindicatos decidieron que serán los trabajadores los que paguen las pensiones con su cotización.

Pero ese sistema tiene un problema. Pagar esas pensiones es cada vez más caro. Primero porque cada vez hay más pensionistas. Segundo porque viven más, con lo que cobran durante más tiempo. Y tercero, porque sus pensiones son mayores: 1 de cada 4 jubilados cobra más que el salario más común de los trabajadores.

Por contra, los trabajadores que pagan esas pensiones cada vez aportan menos: porque no hay trabajo, empiezan a cotizar más tarde por culpa del salvaje paro juvenil, y además sus salarios son cada vez más bajos.

En lo que va de año, el Estado se ha gastado más en pagar las pensiones (30.816 millones euros) de lo que han puesto los trabajadores con sus cuotas para esas jubilaciones (30 mil 17 millones de euros). Un saldo negativo de casi 700 millones de euros. Las cuentas no salen.

El año pasado, por primera vez en la historia, se acudió a la hucha de las pensiones para poder pagarlas. El gasto en jubilaciones es el 10% del PIB. Se calcula que en 2050, será del 14%.