Con Aitor Zabalgogeazkoa (Médicos Sin Fronteras)

Los rumores de alto el fuego sorprenden a Gonzo grabando Salvados en Ammán con un cooperante de Médicos Sin Fronteras a punto de volver a Gaza

Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras, se prepara para entrar en Gaza entre rumores de un alto el fuego. Hasta el autobús que toma en Jordania lo acompaña Gonzo.

Los rumores de alto al fuego sorprenden a Gonzo grabando Salvados en Ammán con un cooperante de Médicos Sin Fronteras a punto de volver a Gaza

El silencio de la madrugada que recogen las cámaras de Salvados contrasta con la tensión que se respira antes de un viaje repleto de incertidumbres y peligros. Son las últimas horas de Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras, antes de volver a entrar en Gaza.

Lleva más de treinta años como cooperante y, aunque no es la primera vez que cruza ese paso, cada salida es una incógnita. Frente a él se encuentra Gonzo, quien lo acompaña para conocer cómo se prepara alguien que vive entre fronteras, guerras y esperas.

Su conversación previa con Pepe Más

Pocas horas antes, Aitor contacta con Pepe Más, a quien sustituirá en su misión en la Franja: "¿A qué hora salís mañana?", pregunta Pepe por videollamada. "A las 5:15 h", responde Aitor con una serenidad que denota su experiencia en estos viajes.

A esa hora, no hay margen para el error: los permisos, los controles, las escoltas. Todo depende de un visto bueno que puede cambiar en cualquier momento. Ya parece que hay "luz verde". Ambos repasan los horarios, los detalles, las rutinas. La escena tiene la calma de una despedida improvisada. Pepe le propone enviarle unos audios "con pequeñas cosas para recordar", bromeando: "Y así te duermes a gustito escuchando mi voz suave". Aitor se ríe.

240 kilómetros, 17 horas de autobús y dos controles fronterizos hasta Gaza

A la hora acordada, Pepe sale del hotel y se encuentra con el periodista. "¿Dormiste algo?", pregunta Gonzo. "Bueno, más o menos -responde Aitor- Me acosté como a las 12 h organizando la bolsa para que te entre todo ahí apretadísimo... hasta las 3:30 h o por ahí", le cuenta. Anoche, Gonzo también habló con Pepe, el cooperante al que sustituirá. "Ya tenía todo más o menos preparado y era bastante optimista".

Ambos se muestran sorprendidos de las últimas noticias que llegaban durante la grabación de este reportaje. "Ahora hay conversaciones otra vez de si va a haber algo, si no va a haber algo, si va a haber alto el fuego o no", refiere Gonzo. "Desde que estuvimos ayer, hubo la reunión esta entre Netanyahu, Trump y el plan de paz de 20 puntos. Y, claro, evidentemente, me acordaba de ti. Y digo, '¿A esta gente, estas noticias de alta política, cuando ellos están en el terreno, ¿las tenéis en cuenta?'".

Aitor asiente, aunque hay un pero: "Normalmente, no afectan a la vida diaria de la gente inmediatamente", responde. "Siempre tardan semanas en producirse los efectos. Si hay un acuerdo, pues tarda en producirse. Si no hay un acuerdo, también, ¿no? Pero hasta que no se refleja en las condiciones de vida de la gente, pues no... Para nosotros, es lo mismo", desvela.

El cooperante habla con la naturalidad de quien ha visto repetirse los ciclos de la guerra y la diplomacia. Mientras los líderes se reúnen en despachos, él organiza convoyes, permisos, medicamentos y mochilas. A cada decisión política le siguen semanas de burocracia, y a cada tregua, en la mayoría de las ocasiones en Gaza, una nueva ofensiva.

Finalmente, Aitor se monta ante la atenta mirada de Gonzo en el autobús que le lleva a Gaza. Por delante le quedan 240 kilómetros, 17 horas de autobús y el paso de dos controles fronterizos.

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