Jordi Évole le enseña al presidente de Ecuador Rafael Correa un vídeo de los dos líderes de los dos grandes partidos de España, del PP y del PSOE, cuando se les pregunta por el hecho de no pagar la deuda pública. “A mí me molesta, con todo respeto, el doble estándar. O sea, decir: ‘Oiga, estoy en crisis, reestructúreme la deuda, esperemos un poco para pagarle o no le pago’, es gravísimo. Decirle a la gente: ‘Deja tu casa para que te la quite el banco, que te prestó para esa casa sobrevaluada y ahora te la quita cuando tienes problemas’, en eso no hay problema. Que la gente se suicide porque le quitan la casa, no hay problema. Pero que quedemos mal, entre comillas, frente a los banqueros internacionales en sus cocteles del Fondo Monetario, frente al capital financiero, sí es terrible. Esto es pura ideología, no es técnica ni es nada”, comenta.
El presidente de Ecuador asegura que el término 'populismo' es el que están aplicando a recetas como las que él ha aplicado en su país. “Es el término de las élites cuando no entienden lo que pasa. O sea, todo lo que escapa de sus esquemas es populista. Que me definan qué es populismo. Más técnico que este Gobierno no lo ha habido en el país.
"'Populismo' es el término de las élites cuando no entienden lo que pasa"
Rafel Correa amenazó a la banca española que si ciudadanos ecuatorianos se veían sometidos a cláusulas abusivas en sus hipotecas, iba a actuar e iba a denunciarles. El presidente explica que han logrado que “la garantía extinga la deuda y acuerdos, por ejemplo, que se pueda seguir viviendo en la casa pagando un arriendo, que puede ser después, superada la crisis, imputable a la compra de la casa, y que se declaren nulos contratos con cláusulas abusivas”. Un sistema que tenían ya en Ecuador. Aunque aclara que si un ciudadano ecuatoriano compra una casa y no puede pagarla, entrega la casa y no hay deuda. La garantía es dación de pago”.
También, cuando llegó al poder se puso muy duro con las grandes petrolíferas que operaban en Ecuador. “Saqueaban al país”, comenta. Se calculaba que de cada 100 barriles, sólo quedaban 20 para el país, y 80 se iban en costos de producción. Hoy, la relación es a la inversa. “Ahora 80 barriles de cada 100 quedan para el dueño del recurso, que es el pueblo”, asegura Correa cuyo gobierno renegoció los contratos con las petrolíferas.
Actualmente el que más compra deuda ecuatoriana es el Gobierno chino. Un país que no les pone condiciones porque eso sería algo inaceptable. “Nosotros no vamos a aceptar a nadie que nos ponga condiciones para nuestra política económica”, asegura, a pesar de que hay informaciones que aseguran que China se ha ‘adueñado’ del crudo de Ecuador. “China es el principal financista del mundo, financia a Estados Unidos, qué bueno que nos financie. Y se trata de satanizar aquello”, comenta.
Correa confiesa que ha negociado con el Gobierno chino de manera cómoda a pesar de que China no es un país que respete los derechos humanos, ya que está en la delantera de países que aplican la pena de muerte. “Si es por eso, no prestamos a nadie”, se defiende. “Nosotros somos muy éticos y muy pragmáticos. Estamos hablando de financiamiento, cuando se hable de derechos humanos, tomaremos medidas”, comenta. En esa misma línea asegura que si tiene en cuenta los derechos humanos para negociar, en España no haría negocios. “No voy a negociar con España porque, con todo respeto, qué mayor atentado que la gente se suicide porque le quite la casa. Entonces, ¿tampoco negociamos con España?”, concluye.
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