La presidenta del PP madrileño se dirige a la sede del PP acompañada por Jordi Évole confesando lo que le gusta su ciudad. "No cambiaría Madrid por nada", comenta. Para el presentador, un discurso de precandidata, "un canto de amor a Madrid", aunque la presidenta lo desmiente alegando que es algo que ha pensado toda su vida.

Al entrar por la puerta de la sede, Aguirre explica al líder de 'Salvados' que han cambiado la puerta del edificio, antes de cristal, por una de hierro tras el accidente que provocó un hombre con su coche y dos bombonas de butano. Para Évole, "una metáfora de la transparencia de los grandes partidos". Algo que rebate la presidenta, "antes era transparente y por eso se metió el vehículo", contesta.

Mientras avanzan, el presentador de 'Salvados' valora lo bien que ha quedado la sede tras la reforma, a pesar de haberse pagado con dinero negro. La popular prefiere no opinar sobre lo que ha dicho el juez y los inspectores de Hacienda. "Eso está judicializado, tendrá que dictarse una sentencia, y habrá que verlo", comenta.

La presidenta del PP dirige a Évole a su despacho, en la primera planta, donde se encuentra la sede regional donde no llegó la supuesta reforma. "Aquí lo único que se hizo fue transparencia. Todo cristaleras", asegura. Allí, le enseña al equipo la terraza en la que en las noches electorales, cuando gana el PP, ponen un escenario. "Seguramente alguno lo montó El Bigotes", comenta la popular.