El nacimiento de una idea como fue el Imserso no fue nada sencilla. Dos de sus principales impulsores narran a Gonzo cómo fueron las negociaciones con el Ayuntamiento de Calviá y especialmente con el Ministerio de Hacienda, liderado por Carlos Solchaga. El ministro de Trabajo por aquel entonces, Joaquín Almunia, explica que estaban ante una situación de "paro altísimo, con dificultad de cubrir la prestación por desempleo, que era muy baja por aquel entonces".

En el proceso se perdían "varios kilos o meses", con un Solchaga que solo pedía que le trajesen la "memoria económica". "Cada año, auditaba las cuentas y por cada euro invertido, el erario público recuperaba 1,9. Nunca ha sido deficitario", agrega Margarita Nájera.

"Como ministro iba por la calle en Palma y veo un grupo de personas mayores que me aplauden en mitad de la calle. Dije, coño. Como ministro no me había pasado esto", confiesa Almunia. Para este grupo de personas, lo más "sorprendente" era poder ver el mar o la distribución de los buffets de comida de los hoteles.

Ambos defienden que el Imserso es "sostenible" y apuestan por "abrir otra puerta" y extender el programa hacia Europa: "Es interesante porque el perfil del usuario ha cambiado, se ha vuelto más exigente. La puerta que está por abrir es la de Europa".