Alberto Chicote desvela en el programa Espejo Público algunas de las claves del programa de esta semana. El cocinero tratará de reflotar el local de un viejo amigo, El Yugo de Castilla, un restaurante cuya inmejorable fama ha dado paso a la dejadez entre fogones.

Cristóbal es el dueño de El Yugo de Castilla. “Se mostraba poco convencido de mis métodos porque son demasiados años haciendo las cosas a su manera”, asegura Chicote. Y continúa: “Tenía su restaurante hecho polvo y prácticamente no podía ni abrir”.

Pero Chicote se pone en la piel de Cristóbal. “Este hombre tuvo un restaurante que era un éxito total. En noviembre de cada año, en las jornadas gastronómicas, este hombre llegaba a juntar a 300 cocineros en su casa. Yo iba también a cocinar allí”, explica el chef madrileño.

“De repente todo aquello que había generado se va a donde no se tiene que ir”, sentencia Chicote, que adelanta un final inesperado para El Yugo de Castilla. “El punto de partida no tiene nada que ver con lo que pasa al final”, apunta el chef tras confesar haber dedicado a Susanna Griso el libro del programa.