La calabaza es la reina indiscutible de esta época del año, pero en realidad también hay muy buenas calabazas en verano. ¿Cuál es la diferencia entre la calabaza de invierno y la de verano? El nutricionista Pablo Ojeda explica que la de verano tiene la piel más fina, es un poco más blanca y más dulce, "porque al ser verano se concentran un poco más los azúcares". Las de invierno son más gruesas pero "se mantienen mucho más tiempo fuera de la nevera, hasta dos o tres meses sin problema".

El experto desmiente además el mito de que la calabaza tiene mucho azúcar: "Todo lo contrario, de hecho ayuda a regular los niveles de azúcares en sangre", señala, apuntando que además "casi todo es agua" y "tiene muchísima fibra". Eso sí, Ojeda explica que "siempre se debería consumir un poquito ya cocida" porque "la absorción de sus nutrientes va a ser muchísimo mejor".

¿Cómo la elegimos en el mercado o supermercado? El nutricionista señala que "la calabaza tiene que corresponder con el peso" y que el pedúnculo siempre debe estar entero. ¿Y para conservarla? Ojeda explica cómo hacerlo con la calabaza ya cocida y también en crudo. Puedes escuchar todos sus trucos para congelarla o conservarla en la nevera en el vídeo que ilustra estas líneas.