Las enormes medusas que han aparecido en la costa granadina han provocado el desconcierto de los turistas. La aparición de este tipo de especies suele estar propiciada por los tipos de vientos y las corrientes, aunque también influye en ello la sobreexplotación pesquera y el incremento de la temperatura del mar.

En el caso de que suframos la picadura de este tipo de animal marino, lo primero que debemos hacer es lavar la zona con agua de mar o suero fisiológico, evitando el roce de la arena.

Sin embargo, hay ocasiones en las que se adhiere a la piel. Para intentar zafarse de ellas, explica la dermatóloga Lorea Bagazgoitia, es importante tener en cuenta que a pesar de que la medusa esté muerta tiene capacidad urticaria. Para ello, por tanto, habría que utilizar guantes o pinzar, por lo que lo mejor es que lo hagan en un puesto habilitado.

En caso de que no haya un puesto de primeros auxilios cerca, debemos desprender las zonas de la medusa que se hayan adherido a nuestra piel con un objeto como una tarjeta o un móvil, siempre tratando de no rozarla con ninguna otra zona del cuerpo.

Una vez retirada, se deberá aclarar la zona con suero o agua salada, pero no con agua dulce, jabón, alcohol u orina, ya que podría provocar que el animal expulsara más veneno.

Para aliviar el dolor podemos usar hielo o agua caliente. No obstante, como el hielo se forma por agua dulce, debemos introducirlo en una bolsa de plástico antes de que entre en contacto con la zona afectada.

Tras pasar los primeros instantes, podemos buscar soluciones más elaboradas, como por ejemplo el uso de cremas de aloe vera o corticoides que podrían bajar la inflamación de la picadura.

Además, con el objetivo de evitar que las marcas se queden permanentemente en nuestra piel, el resto del verano deberemos ser especialmente cuidadosos con esa zona, aplicando protectores solares de alta protección. Se podrán aplicar, por ejemplo, al día siguiente del incidente.