Lo lamentan, lo critican y lo condenan. Es la reacción de las diferentes asociaciones medioambientales tras conocer la decisión del tribunal supremo en la que avala las prospecciones en Canarias.
Una decisión que no ha tenido en cuenta ni las peticiones en la calle. Ni los siete recursos planteados contra el decreto. Algo que también ha condenado el presidente de la comunidad autónoma, Paulino Rivero, asegura que seguirá luchando en contra de los proyectos petrolíferos en la costa y que está dispuesto a llevar el caso a instancias europeas.
Y aún les queda una esperanza. Porque la decisión del supremo, según Rivero, no es definitiva y van a plantear otro recurso para solicitar la suspensión cautelar de la fase de exploración.
Parece ser que Canarias cada vez está más cerca de tener explosiones cada diez segundos las 24 horas del día a 60 km. de las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Pero en Ibiza, donde la noticia, no ha sentado muy bien a la mayoría de los canarios que han vuelto a convocar manifestaciones en contra de las prospecciones.
Los mismos que se echaron a la calle el pasado 29 de mayo, cuando el ministerio de agricultura y medio ambiente autorizó a Repsol a realizarlas. Entonces hubo algo más que movilizaciones. Las organizaciones ecológicas quisieron entregar ellos mismo 200.000 firmas en contra en la sede de Repsol en Madrid.
En contraposición la postura de los expertos de Repsol quienes creen que bajo este agua que separa la costa canaria de la marroquí existen reservas de hidrocarburos suficientes para satisfacer el 10% del consumo de crudo en España.