Es Bretón en movimiento, una fotocomposición de 23 fotogramas. Así aparece en el atestado policial que destaca su parsimonia y que iba en dirección contraria al lugar donde supuestamente perdió a sus hijos. "José Bretón cuando pasa por delante del objetivo de la cámara se tapa la cara, no teniendo intención alguna durante ese recorrido de quitarse las gafas".

Todo lo que hizo en el parque está en el sumario; lo que grabaron las cámaras de seguridad, y todas las llamadas que hizo. Pero más allá, una reconstrucción precisa de los ángulos de visión que debió de tener Bretón en el parque Cruz Conde. Según lo cual, para perderles de vista "tendría que haberse sentado de espaldas a los niños". Ni siquiera, desde otra posición comprobada por la policía, los árboles y arbustos restaron visibilidad a Bretón.

Todos y cada unos de sus pasos fueron reconstruidos. Hasta intervinieron las llaves de su coche, un Opel Zafira azul oscuro que sacaron de Las Quemadillas para el gran montaje. Un agente hizo de Bretón, y dos pequeños de Ruth y José. Simulado al milímetro, cronómetro en mano.

"Las reconstrucciones realizadas con y sin muñecos en el interior del Opel Zafira de José Bretón, y con y sin niños, han permitido demostrar: 17:56 horas: El vehículo del sospechoso, con los asientos traseros vacíos, circula por la calle que rodea el parque Cruz Conde ya sin los niños en el interior del vehículo".

La precisión es tal que incluso se recoge el posible desfase horario entre las cámaras de seguridad, dos minutos, tres, diez, segundos incluidos. Al respecto, hasta se revisaron los ordenadores que estaban en casa de los padres de Bretón.